Acontezco el acribillo de cada minuto dilucidando el por qué de todas las cosas, creemos que tenemos cierta percepción objetiva u entendimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno, pero en realidad casi nunca llevamos a fondo nuestros cuestionamientos sobre qué es lo que en realidad está pasando.
Jean-Paul Sartre creía que la existencia humana es fundamentalmente extraña y hasta absurda, ya que todo lo que parece familiar y comprensible en el mundo es en realidad una construcción artificial que esconde la verdadera naturaleza de la existencia.
Cualquier situación en la que nos podemos llegar a ver involucrados en nuestra cotidianidad es mucho más extraña de lo que parece.
En su obra "La Náusea", Sartre explora la sensación de desorientación y desesperanza que siente un personaje llamado Antoine Roquentin al darse cuenta de que la realidad no tiene ningún sentido o propósito intrínseco y este mismo personaje se siente abrumado por el peso que representan la extrañeza y la absurdez de la existencia misma.
Una pequeña reflexión sobre este mismo momento en el que escribo este texto, refleja conclusiones completamente bizarras; Un mamífero con la capacidad de cuestionar su existencia, está sentado en una silla construida de árboles muertos y con recubrimientos de piel de otro mamífero trasquilado, todo esto mientras teclea en los restos procesados de dinosaurios extintos, una serie de signos distintivos que tienen un significado cuando se combinan entre sí, tecleando con el fin de que otros mamíferos puedan recibir el conjunto de signos distintivos, en este caso letras, para transmitir una idea y tratar de persuadir a sus semejantes a encontrar amor por el conocimiento y todo esto mientras se sitúa en una roca gigante circulando la infinidad del universo a 30,000 metros por segundo.
Sartre creía que los seres humanos tienen la capacidad de crear y construir el mundo a través de su libertad y elecciones.
Sin embargo, esta libertad también es una carga, ya que los seres humanos tienen que tomar decisiones constantemente sin tener un marco claro para hacerlo.
Esta incertidumbre y falta de certeza sobre el mundo y la propia existencia humana hace que todo sea más extraño de lo que parece.
Con todo esto en mente creo que por más extraña e incomprensible que sea nuestra existencia, nuestra capacidad de progreso y autotransformación hacen que sobrellevar el peso de la incertidumbre que es existir sea más llevadero.