Que ya se cocina una iniciativa que pondrá en aprietos a más de una empresa de guardia y custodia. Se trata de una propuesta para modificar la Ley de Seguridad Privada del estado, con el objetivo de obligar a que todos los elementos operativos sean capacitados y acreditados con exámenes de control y confianza. Se dice que hay casos documentados que exhiben la falta de profesionalismo, negligencia e incluso presunta colusión de estos “guardianes” con grupos delictivos.
Que esta semana concluyen las clases en los niveles de educación obligatoria y con ello, se desata el dilema anual de muchas familias que no saben qué hacer con los niños durante las seis semanas de vacaciones que se prolongan hasta el 1 de septiembre. Mientras algunos padres ya alistan loncheras nuevas para los cursos de verano, otros simplemente harán malabares para mantener a los menores en casa sin que terminen trepados en las cortinas o declarando huelga de aburrimiento. Ya se verá si es un periodo de descanso o una prueba de resistencia para los papás.
Que las lluvias de los últimos días resultaron una prueba de fuego para las autoridades municipales de la zona metropolitana. Calles convertidas en ríos, autos flotando como lanchas y viviendas afectadas fueron el saldo del diluvio y la falta de prevención. Ningún ayuntamiento se salvó del reproche ciudadano. Porque mientras Tlaloc hacía lo suyo, ellos se quedaron viendo el cielo sin haber limpiado una sola coladera. Y luego preguntan por qué la gente se enfurece. Y es que las familias afectadas no solo perdieron muebles, electrodomésticos y tranquilidad, también se les acabó la paciencia.
Que por cierto, los campesinos de varios municipios que el año pasado clamaban por una gota de agua, hoy ruegan porque pare de llover. Y es que hace apenas unos meses vieron cómo se les dañaban las tierras ante la sequía, pero ahora enfrentan el otro extremo, donde sus parcelas son afectadas por las inundaciones que trae el exceso de lluvia. Dicen en los ejidos que el cielo ya no avisa, y que esto no es más que otro ejemplo claro de los estragos del cambio climático. La naturaleza ya está mandando factura y la está cobrando parejo.