Que salvo que Félix Salgado Macedonio mintiera a la autoridad electoral en su amplio documento de impugnación, el Presidente deberá redirigir sus dardos porque fue Morena, que encabeza Mario Delgado, el que omitió presentar en tiempo y forma el reporte de gastos de precampaña al INE, que el guerrerense sí entregó desde enero. Es decir, sí hubo fondos para proselitismo, hubo reporte y falló el partido.
Que a la voz lopezportillista de “ya nos chingaron nuestro dinero, pero no nos volverán a chingar”, el aspirante del Partido Verde a la alcaldía de Reynosa, Carlos Augusto González, prometió que de ganar las elecciones de junio llevará a la banda Metallica para que ofrezca un concierto a ese municipio, golpeado por narco y polleros, que ahora sabemos más bien está urgido de buen rock. De lo que uno se entera en las campañas.
Que además de las eventuales diferencias de opinión sobre el manejo de la pandemia entre las secretarías de Salud y de Relaciones Exteriores, hay una realidad: en materia de transparencia, de acuerdo con el INAI, la Ssa pretende invocar el secreto por razones de seguridad nacional para no hacer públicos los acuerdos internacionales en pos de acceso a las vacunas, mientras que la SRE opta por la apertura.
Que después de que se difundió el video en el que la senadora morenista María Merced González balconeó que “al Presidente le interesan los estados de Jalisco y Nuevo León”, el candidato de Movimiento Ciudadano a gobernar la segunda, Samuel García, afirmó que Morena tiene miedo al partido naranja, al que la propia legisladora indiscreta más tarde vinculó con grupos que usan recursos públicos para perpetrar fraudes.