QUE a ver si no se le ocurre a quien tuvo la “gran idea” de armar un cordón civil de paz para la marcha de mañana por el 2 de octubre, que anunció la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, también identificar a los trabajadores del gobierno local participantes con guante blanco o un palo de kendo.
Parece diálogo de sordos entre quienes, como la funcionaria, no paran de hablar de que no van a reprimir manifestaciones, y los que argumentan que nadie pide proceder contra marchistas pacíficos, sino aplicar la ley a quienes, embozados, vandalizan y agreden a personas, como decían ayer empresarios y Martí Batres.
QUE a la panista Kenia López, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, le ganó el protagonismo durante la presentación del libro Ayotzinapa: la travesía de las tortugas, que lleva un capítulo por cada uno de los 43 desaparecidos.
“Para esas familias tener un hijo que llegara a la normal era mejorar, evolucionar. Todas las familias tienden a ser mejores en cada generación. Los que estamos aquí somos mejores que nuestros padres. Yo, por ejemplo: mi abuela no votaba, mi madre tenía una cocina económica y yo soy senadora de la República. Todos evolucionamos”. Órale.
QUE en las Redes Sociales Progresistas, organización que promueve Elba Esther Gordillo como nuevo partido, hubo purga y corrieron a quien fungía como comisionado nacional, Iván Peña Neder, y al hasta ayer coordinador político, Luis Carlos Urzúa, acusados de traicionar a la maestra y al organismo en proceso de registro.
Será José Fernando González Sánchez, yerno de la profesora, quien se quede a cargo de la Comisión Nacional.
