Que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Eduardo Ramírez Aguilar, dice que no está de acuerdo con la demanda de juicio político contra cuatro ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación interpuesta por sus compañeros de Morena en la Cámara de Diputados, ya que considera que “no son buenos momentos para el país” y los llama a la mesura, acaso esperando enviar un mensaje de civilidad como parte de sus planes para recibir la bendición y ser candidato a gobernador en Chiapas. A ver.
Que durante la maratónica sesión de más de 10 horas en el INE, los consejeros electorales se quedaron esperando sin éxito la notificación de la sentencia emitida el miércoles por la Sala Superior del Tribunal, con el engrose del magistrado presidente, Reyes Rodríguez Mondragón, en la que se les ordenó emitir lineamientos de fiscalización de los actos de las corcholatas y aspirantes de la oposición, por lo que los cinco días naturales que se le darán al instituto para definir esas reglas todavía no empiezan a correr.
Que durante el Congreso Mundial de Derecho que se celebra en Nueva York, la ministra Norma Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, vivió un apuro cuando se percató de que su micrófono llevaba apagado al menos cinco minutos desde que empezó a hablar, por lo que dijo a los presentes, muy sonriente: “pues entonces volveré a empezar… no es cierto”, lo que provocó las carcajadas del auditorio.
Que en Ciudad de México Morena ya comenzó a mover sus piezas rumbo a la elección del próximo año para renovar la Jefatura de Gobierno, que encabeza hoy Martí Batres, y algunos ven preocupados que ya comenzó la cargada para favorecer a la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, entre los varios perfiles en competencia, por lo que empiezan a dar señales de inconformidad, exigen que no se vayan a cargar los dados para alguno de los contendientes y demandan que prevalezca el piso parejo para todos los aspirantes.
