Que quién lo dijera, Morena y Partido del Trabajo fueron aliados en la histórica elección del año pasado y ahora se andan peleando entre ellos. Y es que luego de que el Ietam declaró fundada una denuncia del partido guinda contra la candidata del distrito 19, Elena Cuervo, el exdiputado del PT Arcenio Ortega salió a defenderla, impugnando tal resolución y negando que haya anomalías en materia de propaganda electoral, como aseguró la representante morena ante el órgano electoral.
Que en Tamaulipas la división de la izquierda sin duda beneficia y mucho al Partido Acción Nacional, que en 2018 mordió el polvo en la mayoría de los puestos en disputa. Arcenio Ortega cuidó con esmero los intereses de la entonces alianza Juntos Haremos Historia, pero tal parece que ni las gracias le dieron; pero no solo eso, ahora le andan echando bronca a sus candidatos del Partido del Trabajo.
Que en la parte final de la campaña se pusieron a colaborar con el PRI las regidoras Tete Gorordo e Isabel Goldaracena; después de mucha resistencia andan trabajando con la estructura tricolor, organizando varias actividades. Muy distante anda Benito Abad, quien pese a los llamados de Yahleel Abdala, Carlos de los Reyes y la candidata Astrid Lattuada, apoya a cuentagotas.
Que llegaron a la Contraloría de Tampico quejas contra Jesús Silva, hijo del exregidor y exmilitante priista, quien actualmente trabaja en la oficina de Atención a la Juventud. Señalan que está amenazando con correr a personal del área solo por mostrar su apoyo a Movimiento Ciudadano. El joven trae las mismas prácticas del padre.
Que despreocupado por todo lo que pasa en Pemex anda Esdras Romero Vega, quien ayer regresó a Tampico vía aérea. Y es que el líder petrolero se dirigió a un restaurante de la avenida Universidad con un grupo de trabajadores, entre ellos el exalcalde de Ciudad Madero Mario Neri, en sendas lujosas camionetas. Al salir, Romero Vega se quitó los zapatos de vestir para ponerse unas botas de trabajo y rápido partieron del lugar.