Que Félix “El Moyo” García encontró con la designación como presidente de la Junta de Coordinación Política en el Congreso del estado su premio de consolación, al llegarle tarde al neolaredense, pese a ser uno de los tres legisladores en reelegirse en su distrito el pasado 6 de junio.
Que como refuerzo pero sin trascendencia en el presente y futuro, los morenistas Rigoberto Ramos y Ulises Martínez anunciaron su adhesión al PAN para la presente legislatura, tema sin mucho ruido en el Parlamento estatal. Para los simpatizantes de la 4T, mencionan, es un alivio su salida al ser nula su aportación, a excepción de contribuir a la división.
Que hablado de Morena, además de estar muy alejado del partido en el estado, en el CEN no saben qué hacer con Enrique Torres Mendoza, quien continúa formalmente como titular del instituto político en el estado. Al quedar fuera de cualquier decisión en candidaturas la pasada elección, el poco poder lo ha perdido y no embona en otros grupos.
Que el nuevo delegado del CEN del PRI en Tamaulipas Felipe González Alanís ya se encontró con el primer aspirante (y abiertamente, único en levantar la mano), Ramiro Ramos Salinas. De todo es conocido el interés del ex dirigente estatal por abanderar al partido; sin embargo, el enviado por Alito Moreno le pidió esperar los tiempos y la salida de la convocatoria.
Que en Altamira anda de rebelde Arturo Puente, pues el excandidato a la presidencia municipal ya fue tentado y hasta convencido por el PAN para trabajar con ellos para la elección de 2022. No solo traicionó a Movimiento Ciudadano y su dirigente interino Gustavo Cárdenas, también se desligó por completo del alcalde electo Armando Martínez.
Que tras el rechazo de la mayoría de los habitantes en el norte de Veracruz, los García Escalante intentan recuperar la confianza de sus allegados en Pánuco, lugar donde cayeron contra Morena y la 4T al representar la alianza PAN-PRI-PRD, misión que les ha costado mucho ante el nuevo embate de los Guzmán de Paz. _