Que sin muchos sobresaltos y en un ambiente de cordialidad, concluyó el periodo ordinario de sesiones en el Congreso de Tamaulipas con la develación de las letras de oro alusivas al Bicentenario del Colegio Militar. Fuera de reclamos, hubo buen trato de las bancadas panistas y priistas con el gobernador Américo Villarreal Anaya, invitado especial para esta ceremonia en el Pleno legislativo.
Que al término de la ceremonia y para sorpresa de muchos, el auditor superior Jorge Espino Ascanio mandó dos cajas con documentación correspondiente a las cuentas públicas solicitadas por la presidenta de la Jucopo, Úrsula Salazar Mojica. Esto y como se esperaba, no dejó conforme a la representante de la bancada de Morena pues el funcionario “sigue haciendo lo que quiere”.
Que si los agarrones frente al público en las sesiones abiertas estaban con todo, ya veremos el comportamiento de los legisladores locales Humberto Prieto de Morena y Luis René Cantú de PAN, al conformarse la Diputación Permanente aprobada ayer y con funciones a partir de este sábado, al darse un receso en las labores parlamentarias. Como se esperaba, la mayoría guinda acapara las posiciones.
Que la relación entre regidoras del PAN en el Cabildo de Tampico no es de las mejores, al menos entre tres de sus integrantes. Se habla de un pleito entre Marichuy Olivo con Beatriz Rodríguez Tarabelsi y María de la Luz Mar Estrada, expuesto en las sesiones y hasta en los pasillos, pues las dos últimas aseguran que la primera las “bloquea” o “no les avisa” de ciertas decisiones a la hora de votar alguna propuesta.
Que aún falta para la publicación de la famosa convocatoria de renovación de los comités de municipios restantes, entre ellos Tampico y Ciudad Madero, por parte del PRI Tamaulipas y continúa la “margarita deshojándose” en quienes se perfilan a quedarse como dirigentes del organismo a nivel local. Para el puerto se contempla a una mujer, mientras que en la urbe petrolera varios actores aún no llegan a un acuerdo.