Que el lamentable caso de la desaparición del jefe de la policía de Temascalcingo, Agustín Oropeza, y su escolta Juan Carlos Zaldívar, ha puesto de relieve qué tan grave está la inseguridad al norte del estado. Por desgracia no dejan de brotar detalles irónicos: Ayer, buscando al comisario y su escolta, las autoridades rescataron fortuitamente a tres personas que estaban retenidas por delincuentes. Es decir, ¿de no haber sido por la situación de los agentes, esos otros ciudadanos no habrían merecido la acción policiaca?
Otro aspecto inquietante es que el Ayuntamiento de Temascalcingo, que encabeza José Luis Espinoza Navarrete, hasta ayer no se había pronunciado a pesar de que ya hay oficialmente fichas de búsqueda “Odisea”, documentos que el cuerpo edilicio tampoco ha compartido en sus redes sociales, una extraña aunque de algún modo “precavida” omisión. De ese tamaño están las cosas
Que hablando de situaciones lamentables, después de la explosión de pirotecnia en Tepetlixpa durante una ceremonia religiosa, que dejó como saldo un fallecimiento, numerosos lesionados y daños materiales, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia que dirige Emmanuel Reyes Urbán acudió “para verificar permisos”.
Es decir, como policías chambones, se hacen presentes cuando ya todo ocurrió. Si bien controlar el flujo de materiales explosivos no es tarea fácil, antes que estarle “tapando el ojo al macho” Reyes y sus muchachos deberían explicar qué lineamientos siguen para prevenir tragedias.
Que, a propósito de ineptitudes, de enero a la fecha al menos 167 mil habitantes de 55 colonias en 17 delegaciones de Toluca han padecido por la falta de agua, mientras Juan Maccise sigue muy sonriente y festivo en eventos para la foto, dejando correr el reloj mientras se acumula su bono de marcha como alcalde.
Que quien va a recibir la bronca, el alcalde electo Ricardo Moreno Bastida, ya está conformando su equipo de transición. Señala que gran parte de este no se integrará a la nueva administración, pues estará realizando “una revisión escrupulosa” porque, afirma, hay responsabilidades subsidiarias que recaerían en él y por ende no puede permitir alguna irregularidad. Hace bien.
