Que quien ya perdió el control en Atitalaquia es la presidenta María Antonieta Herrera Jiménez a quien nadie le hizo caso a pesar de pedir que acataran las medidas de la contingencia sanitaria; desde hace más de una semana reabrieron los centros nocturnos sin medidas, y ayer se realizó un evento de carrera de caballos, sin permiso, donde hubo una balacera y fallecieron cinco personas y dos más resultaron lesionadas. La edil priista no parece tener la autoridad suficiente para meter en cintura a empresarios, comerciantes y políticos.
Que respecto a la tragedia de ayer en Atitalaquia, se supo que las víctimas eran integrantes de una familia reconocida por ser empresarios avecindados en La Cañada en Atotonilco de Tula donde han prosperado en el ramo de la construcción, por lo que espera que haya pronunciamientos de la iniciativa privada respecto a la seguridad, pues entre las víctimas fatales está un empresario del rubro de hidrocarburos, lo que deja incertidumbre sobre lo que ocurrió en el carril particular donde se celebran no solo apuestas, también jaripeos y peleas de gallos.
Que con la magia de los pueblos como Real del Monte regresaron la afluencia y los contagios a Hidalgo. De acuerdo con cifras del gobierno federal, la última semana el estado tuvo un aumento del 10 por ciento en pacientes de covid, lo que podría multiplicarse en los siguientes días debido a que los comercios reabrieron, los pueblos turísticos recibieron visitantes y ayer lució pletórico el Corredor de la Montaña con todo y granizada, donde paseantes se divirtieron de lo lindo, sin cubrebocas, tomándose fotos e internándose en los bosques donde hasta hubo grupos que acamparon.
Que quien tampoco no da una es el edil de Zapotlán, Erick Islas, pues tendrá que resolver hoy el tema de la construcción de una gasera que presuntamente autorizó sin consentimiento del cabildo, lo que causó molestia y protestas vecinales. La edificación de la empresa se realiza en el centro de la localidad de San Pedro Huaquilpan, lo que tiene preocupadas a las familias porque siempre ha sido una zona tranquila y de continuar con la construcción de la gasera se pone en riesgo a miles de personas que habitan en la zona.
