Que el presidente municipal, todavía priista, del municipio de El Arenal, Ranulfo Serrano está enviando señales políticas a los morenistas y ya casi les pide que sean amigos por siempre. Es tal su desesperación que ya hasta mandó pintar el ayuntamiento, los arcos del centro y hasta la cúpula de la iglesia del color guinda. Qué pensará de esto su padrino político, el ex diputado federal Jorge Rojo García de Alba, seguro estará arrepentido de haberle apoyado tanto, pues de seguir así, el único priista que quedará en El Arenal será el secretario municipal, Jensen Oropeza.
Que si con esas ganas y pasión con las que participa en la organización Hidalgo con Marcelo Sí, la presidenta municipal de Actopan, Tatiana Ángeles, solucionara los problemas de la inseguridad pública y la recolección de la basura, otro gallo cantaría en la Ciudad del Convento.
Sin embargo, ni ante los reclamos ciudadanos, las visitas del gobernador y la presidenta del DIF, pueden hacer que la edil morenista cambie su actitud y forma de hacer política, ni su difusión, ni sus políticas públicas.
Que quien destaca en la parte de la Sierra hidalguense por su trabajo es el edil de Huejutla, Daniel Andrade, quien ha mantenido su canal de comunicación abierto y constante atendiendo a todas las comisiones comunales, nuevos delegados, comités de obras y ciudadanía en general, que llegan a plantear sus necesidades prioritarias ante el mandatario. En voz de las autoridades atendidas, el edil huejutlense no está haciendo distinción alguna ya que la atención es personalizada y se les recibe desde las primeras horas del día y hasta pasada la medianoche.
Que el caso de la agresión de la Guardia Nacional a un vehículo particular en una carretera de Hidalgo ya es investigado por la Procuraduría del estado como un intento de homicidio, debido a que dispararon, sin mediar palabra o acción alguna, se percataron del hecho y huyeron, dejando a las personas adultas con un niño de 9 años herido, quien tuvo que ser atendido por otro convoy de Guardia Nacional que lo trasladó al Hospital de Tulancingo, y posteriormente a La Raza en la Ciudad de México. ¿Quién vigila a los guardias en Hidalgo?