Que el “conflicto” entre el secretario de Planeación del gobierno estatal, Miguel Ángel Tello Vargas, con el diputado local del PT, Édgar Hernández Dañú, es de coyuntura política. El diputado es apoyado por el Grupo Universidad para golpear al Ejecutivo y la cuestión de fondo es la próxima discusión del Presupuesto de Egresos del 2024, además de que en la planeación estratégica del gasto ya se prevé que no habrá partidas especiales, ni dinero alguno para que los diputados realicen obra pública en sus distritos.
Que este domingo llega a Pachuca una aspirante más para 2024 y es la senadora priista Beatriz Paredes Rangel, quien está convocando a un desayuno político y conferencia para informar su aspiración a ser la representante de la construcción del Frente Amplio por México. Por cierto, la avanzada de la experimentada política tricolor es organizada por el ex diputado federal José Antonio Rojo y por el ex funcionario federal Erick Pérez. El Grupo Huichapan se está moviendo para no quedar fuera de la jugada tras las renuncias al PRI.
Que pasan los años y las lluvias siguen haciendo estragos en los fraccionamientos del sur de Pachuca, en sus límites con Mineral de la Reforma y Zempoala; la falta de planeación, ordenamiento, el haber otorgado permisos de construcción sin pensar en las consecuencias, tiene ahora la zona ahogada en basura y charcos. Lo peor es que no hay nadie que salga a dar la cara cuando ocurren cosas como autos varados, gente que se lastima al caminar, bardas caídas, malos olores y todo se olvida al siguiente día hasta la siguiente lluvia.
Que el Pueblo Mágico de Tecozautla pone en riesgo su nombramiento turístico por la falta de infraestructura vial y accesos a la cabecera municipal; sus caminos son de los peores en el estado, donde se pone en riesgo a los visitantes que acuden a los balnearios y al centro, y dicen que en las noches hay más penumbras que en un panteón de carretera. La Secretaría de Turismo que se la pasa invitando a eventos para que la gente vaya a los Pueblos Mágicos debería mencionar en las mesas de trabajo que a nadie le gusta ir por caminos donde los autos terminan averiados.
