Anda! Ganaron las Chivas y el tema del acceso al estadio Akron (casi) pasó a segundo plano. El clásico Chivas-América resultó entretenido, con emociones, jugadas peligrosas desperdiciadas, y un gol (golazo, dicen los conocedores). Pero también se jugó otro interesante partido en las tribunas y sus alrededores. Bajo la supervisión personal del presidente de las Chivas, Amaury Vergara, y del alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, se siguió un estricto protocolo para la sanitización del estadio antes y durante el encuentro, y para permitir el acceso de los chivahermanos y uno que otro americanista, que en Jalisco los hay, aunque no lo crea. El ingreso fue lento e incluso laborioso, pero al final se logró la sana distancia entre los grupos. Ahora hay que esperar que pasen 14 días para ver si se registran casos de covid-19, pues hay datos de todos los que ingresaron ayer al estadio, y se presume que habrá seguimiento a su salud desde hoy.
Inusual y hasta medio sigilosa visita hubo el pasado fin de semana en Jalisco. Y es que por estas tierras del tequila se apareció el hidrocálido avecindado en Nuevo León, Alberto Anaya, dirigente nacional del Partido del Trabajo, y gran parte del tiempo estuvo acompañado de Chuy Morrayo, quien ha buscado la candidatura para Tonalá por esa organización política. ¿Será acaso que ya se está cerrando la coalición del PT con Morena en ese municipio? Lo que sí es cierto es que el PT por primera vez comienza a figurar en el estado.
Como al cuetero le fue ayer al secretario general de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza. Y es que amable como siempre, el funcionario estatal salió a dialogar con el colectivo de mujeres que colocaba un monumento en la Plaza de Armas, para explicar que la permanencia de la instalación dependería de lo que dijera el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), organismo que regula lo que se puede o no colocar en el primer cuadro de la ciudad. El problema es que las mujeres no estaban con ganas de toparse con hombres en ese momento, y menos escuchar lo que les decía, razón por la cual al funcionario le cayeron chiflidos y un par de imprecaciones, por lo que prudente, optó por regresar a su oficina.
