Verdadero viacrucis vivieron ayer los turistas que intentaban llegar a Chapala para pasar un día (o el fin de semana completo) de descanso en esa bella población. Viacrucis porque un grupo de comerciantes semifijos cerraron calles en la cabecera municipal en protesta por un diferendo respecto a las sombrillas que deberán usar en sus puestos, en lugar de las lonas tradicionales. Los inconformes alegan que el ayuntamiento les quiere vender las sombrillas verdes que deben utilizar, y no los dejan usar sus lonas. Del lado de la autoridad se dice que los comerciantes no están obligados a comprar las del ayuntamiento, pero que las que usen deben tener las mismas características. Al final se acordó levantar el bloqueo, pero ya el coraje nadie se lo quita a los paseantes que estuvieron atorados por un buen rato.
Y ya que hablamos de atorones viales... ¿ya se dio cuenta de que poco a poco se pueden ver más agentes viales en las calles? Contrario a lo ocurrido en meses (o años pasados), ahora hay uniformados en La Minerva, en Federalismo, López Mateos, la Calzada, y varios sitios más. Unos dirán que ya estaban allí desde hace tiempo, pero la verdad parece que la presión de los alcaldes de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco parece haber surtido efecto. Ahora que si realmente quiere ver agentes viales en las calles, espere a que comiencen las multas a quienes no hayan realizado su verificación vehicular.
Atorados, pero en la Cámara de Diputados, es como quedarán a partir de mañana los legisladores federales de oposición, pues regresarán a San Lázaro desde el sábado (o tal vez lo hagan desde esta misma noche) para acuartelarse con miras a la sesión del domingo en la que se analizará y discutirá la ya famosa iniciativa de ley energética propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los opositores, por supuesto, piensan votar en contra.
Unas 50 mil personas es lo que el Ayuntamiento de Guadalajara considera se reunieron en el Centro para atestiguar pasajes de la Pasión de Cristo. La representación se hizo frente a la Catedral, hasta donde llegaron los fieles (y algunos curiosos) que tenían dos años sin participar en actividades religiosas debido a la pandemia.