Real o simulación
Calibren el rasero con que mide AMLO faltas y delitos de sus subordinados: a la ya ex secretaria de la Semarnat, la cesa de manera fulminante por retrasar un vuelo de Aeroméxico, en cambio, a Carlos Lomelí, señalado de ser narco, lavador de dinero, vender medicinas a sobreprecio y comerciar medicamentos apócrifos, delito gravísimo porque pone en riesgo la salud, le concede el beneficio de la duda, lo mantiene en el cargo y le respeta los contratos. Es un contrasentido la decisión acertada y plausible de pedir la renuncia a la ex titular de la Semarnat, pero mantener en el cargo a un potencial delincuente, y justificar la desconcertante decisión con argumentos pueriles como que las acusaciones al super delegado en Jalisco son grilla y politiquería.
Ser o no ser, sentenció Hamlet.
Gustavo Monterrubio Alfaro