A lo largo de estos días de campaña electoral he escuchado las propuestas de candidatos y candidatas a diferentes cargos de elección popular en Tamaulipas y me he dado cuenta que, algunos, muy apenas saben cómo se llaman, por cuál partido compiten y qué puesto quieren ganar.
Y es que, de verdad, algunos y algunas van con la bandera de “digo lo primero que se me venga a la mente” o “le doy vueltas a la pregunta que me hagan”.
Unos y unas, no tienen ni idea de qué es lo que quieren proponer, alguna idea para el bien de la población. No es posible que les pregunten y contesten que traen muchas ideas y muchos proyectos, pero no mencionen algo en concreto o que contesten que formarán su plan de trabajo conforme lo que quieran los ciudadanos, una cosa es la participación ciudadana y otra que les tengan que hacer la tarea.
Otros y otras traen muchas ideas, pero muy pocas son factibles de realizar por recursos económicos, por tiempo, porque requieren el apoyo del gobierno estatal o federal o por otras causas.
Y otros y otras quieren apoyarse mucho en los empresarios, pero no saben si ellos van a poder apoyarlos o querer invertir en las ciudades.
Así que, en dado caso de ganen el cargo para el que se postularon, al final de su encomienda le quedarán a deber mucho a quienes les dieron su confianza y voto en las urnas.
Tal vez son las elecciones más grandes de la historia de México, pero también son las elecciones donde quedar bien en las redes sociales es la verdadera competencia. Mostrando fotografías de saludos, apretones de mano y abrazos, o de caminatas con decenas de personas para “mostrar su músculo”, que por cierto no deberían hacer por el riesgo de la pandemia del covid-19.
Y ya para cerrar, hay que recordar que acciones como pavimentar calles, dar alumbrado público y una eficiente recolección de basura, no es algo quieran o no quieran hacer los servidores públicos, es un compromiso con la población que con esfuerzos paga sus impuestos.