Hola Wagnermaníacos, ¿cómo se encuentran todos ustedes? Hoy quiero expresarles mi sentir, mientras estoy disfrutando de una buena comida. Mi sentir sobre mis 35 años como luchador profesional en activo, que se cumplen el próximo lunes 26 de abril.
Convencido les digo que me encuentro en plenitud de mis facultades mentales y físicas para poder continuar en la lucha libre. Sé que mis inicios fueron difíciles porque me entregaron la responsabilidad de seguir y superar el camino exitoso de mi padre, que si bien no tenía las intenciones de preservar su legado luchístico a través de sus hijos, sí nos inculcó el amor por los estudios.
Él decía que para ser luchador se necesitaba hambre y yo no lo entendía en ese momento porque afortunadamente, nunca nos faltó nada, sin riquezas, pero tampoco con carencias. Después comprendí que se refería a la sed de triunfo y cuando debuté, sabía del compromiso que significaba darle continuidad al Legado Wagner. Fui criticado durante mucho tiempo porque no sabía pararme, porque no tenía el físico ni la técnica, la experiencia que mi padre expresaba en esos momentos.
Han sido 35 años de muchas batallas, muchos momentos. Con grandes triunfos, también fracasos, muchos compañeros buenos y malos. Promotores y aficionados, también buenos y malos, pero sigo amando la lucha libre porque me ha tratado de la mejor manera, me ha enseñado a nunca minimizar ni al rival ni al lugar donde se realiza la función, tampoco al promotor.
El trascender durante 35 años es el ejemplo que les voy a heredar a mis hijos. Ahora ellos van a ser criticados, pero les aconsejo que se queden con las críticas positivas, a las negativas la verdad yo no les hacía caso, a menos que vinieran de leyendas como Mil Máscaras, Canek, el señor Perro Aguayo o el Rayo de Jalisco, que siempre me daba algún consejo para las batallas.
Celebrar 35 años me da la oportunidad de entregarle a los aficionados todo lo que aprendí en esta gran carrera, siempre con la zozobra de subir al ring y no saber si vamos a regresar a los vestidores en una camilla. Siempre entregando el alma arriba del ring, ese es el respeto que siento por los aficionados.
Seguimos adelante con este gran festejo que muy pronto llevaremos por toda la República Mexicana y, ¿por qué no?, a otros países del mundo, porque el Legado Wagner sigue en pie de guerra.
Muchas gracias a todos y mientras nos volvemos a ver, solo me queda decirles que esta historia continuará... Bien, bien, bien.
Twitter: @WagnerJrOficial
