Son once periodistas asesinados este año en México: Luis Enrique Ramos (Sinaloa), Yesenia Mollinedo Falconi, Sheila Johana García Olvera y José Luis Gamboa (Veracruz), Juan Carlos Muñiz (Zacatecas), Armando Linares López y Roberto Toledo (Michoacán), Heber López (Oaxaca), Jorge Camero Zazueta (Sonora), Margarito Esquivel Martínez y Lourdes Maldonado (Baja California). Once medios de comunicación mutilados. Once familias enlutadas. Nos faltan once voces, silenciadas por la violencia y las omisiones del Estado.
Cuando todavía se lloran las ausencias y se clama por justicia, desde el Palacio de Gobierno se limitan a reciclar el discurso, lamentar el hecho y decir: “trabajaremos en conjunto con el gobierno estatal y municipal para esclarecer el caso; no permitiremos la impunidad. Defendamos la libertad de expresión y el derecho a la información”, como lo expresa Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República, una y otra vez, solo reemplazando nombre y medio antes de subir el tweet obligado.
Y esa publicación no es más que el reflejo de esta 4T, que ha llevado su política de austeridad hasta en las mañaneras. Para no gastar más palabras, López Obrador repite y culpa al neoliberalismo, las políticas de antes y a los conservadores de cualquier cosa que evidencie las fallas en sus estrategias, entre ellas, la protección a periodistas.
¿De qué nos sirve que diga que ya se está investigando? Si antes de que resuelvan uno, ya mataron a alguien más. ¿Cómo se atreve a asegurar que los asesinatos no pueden ser considerados crímenes de Estado? Si 90 por ciento de ellos quedan impunes.
No solamente exigimos justicia para las y los 36 periodistas asesinados en lo que va de este sexenio -pero en realidad son 153 desde el año 2000, según Artículo 19-, sino una estrategia efectiva para salvaguardar a quienes ejercen su derecho a la libertad de expresión, pues México, solamente después de Ucrania que enfrenta una guerra, es el país más inseguro para ejercer periodismo.
Basta de descalificaciones a la prensa y de agarrar pleitos personales con periodistas. Es hora de reconocer errores y asumir responsabilidades, porque sus discursos austeros ya nos han costado once vidas.
Dora Raquel Núñez
Twitter: @draquelnzx