Anfibio. Así es como define Luis Donaldo Colosio Riojas a su padre. “Era alguien que podía cohabitar en dos mundos”. Uno de ellos, explica, era el de la alta formación académica, producto de un gran esfuerzo para poder conseguir esa preparación, mientras que el otro era popular, debido a sus humildes orígenes en Magdalena de Kino, Sonora.
“Creció en medio de carencias y al final del día eso fue lo que terminó de formarlo y convencerlo de que él no solamente tenía la capacidad, sino que tenía las ganas, la vocación y sobre todo el objetivo de hacer lo que le tocaba hacer, cualquier cosa, para remediar ese hecho”, explica Luis Donaldo hijo.
—¿Qué valor político resaltarías de tu padre?
—Siempre fue un hombre de palabra y yo creo que eso lo ayudó muchísimo a poder ganarse y generar tantas relaciones con muchísima gente, pero sobre todo con gente que sabía que Colosio tenía palabra y fue de lo que más me recalcó desde niño: que la palabra dada se cumple. Eso atiende mucho a la razón de que es un hombre que sabía formar muy buenos equipos a través de la confianza. A través de ese trabajo, yo creo que al final del día y a lo largo de los años, se fue quedando con él gente que resonaba en esa misma frecuencia.
Yo me acuerdo una vez platicando con Alfonso Durazo [actual secretario de Seguridad], que trabajó mucho con él, que fue su secretario particular y es mi gran amigo hasta la fecha… Poncho me platicó cómo fue que lo invitaron a ser su secretario particular, de cómo él estaba un día ya dormido en su casa, eran las 4 de la mañana y suena el teléfono y era la secretaria de mi papá: “oiga, el licenciado Colosio quiere hablar con usted”, “sí, claro cuando él quiera, por supuesto”, “no, no, el licenciado Colosio quiere hablar con usted, ahorita”.
Mi papá atendía citas prácticamente todo el día, todos los días, hasta altísimas horas de la noche y fue a las 4 de la mañana, 4:30 de la mañana, que recibió a Poncho Durazo en una oficina que tenía allá en Ciudad de México. Así empezaron a trabajar más juntos.

“¿Y Manlio?”
Otro cercano de Colosio en su momento fue Dante Delgado —actual compañero de Colosio Riojas en Movimiento Ciudadano—. “Luis Donaldo era el exponente de una nueva generación”, sentencia el ex priista.
“Cuando era presidente nacional del PRI —rememora Delgado— Luis Donaldo me invita a que lo acompañe a la toma de posesión de otro compañero diputado, Sócrates Rizo, que asumía como gobernador de Nuevo León. Nos vamos en un avión privado y en el trayecto Luis Donaldo me reconoce que algunos candidatos propuestos por él habían llegado a ser diputados federales”.
—No te mortifiques, Luis Donaldo, esa fue la instrucción tuya como presidente del Comité Ejecutivo Nacional y los gobernadores tenemos la obligación de acompañarlo, le respondió Delgado.
—¿Entonces, no fue porque somos amigos?— contestó
Colosio.
—No, fue porque eres el presidente del Comité Ejecutivo
Nacional.
—Yo pensé que esas promociones eran porque éramos amigos.
—No, Luis Donaldo, en esto las relaciones son institucionales y te quiero decir que si yo fuera presidente del partido y tú gobernador y no me hubieras hecho caso, a lo mejor yo te hubiera quitado tres o cuatro candidatos en los que tú tuvieras interés, por eso es por lo que aceptamos la propuesta del Comité Ejecutivo Nacional… por cierto, Luis Donaldo, te he visto mortificado porque no llegaste a ser el candidato al estado de Sonora.
—Sí, hombre, yo tenía muchas ganas de ser, pero finalmente el partido se pronunció por Manlio Fabio Beltrones.
—¿Ya te diste cuenta que la relación de Manlio Fabio es más sólida con don Fernando Gutiérrez Barrios, pero que tú tienes una relación de profunda cercanía con el presidente Salinas?
—¿Qué me quieres decir?
—Que el Presidente de la República no te invitó a ser candidato del gobierno de Sonora porque seguramente tiene planes mayores para ti. Tú eres uno de los dos o tres precandidatos a la Presidencia de la República, y en lo personal advierto que serás elcandidato.
—¿Tú lo crees?
—Sí.
—¿Contaría contigo?
—Somos amigos, cuentas conmigo.
“¡AH, QUÉ DANTE!”
Luego de esa conversación, Delgado tocó el tema del destape con el presidente Salinas de Gortari. Durante una comida con él en Veracruz tuvieron este diálogo, según recuerda el ahora senador:
—Señor Presidente, creo que ya se está atrasando en nominar a Luis Donaldo como secretario de estado —planteó Delgado.
—¿Por qué Dante? —respondió el presidente Salinas.
—Porque históricamente no ha habido la promoción de presidente del partido a candidato a la Presidencia de la República, históricamente ha sido un paso que primero se es secretario de Estado y después candidato presidencial y creo que los tiempos se le están acortando, señor Presidente.
—¡Ah, qué Dante!
Pero vi cómo le brillaban los ojos al presidente Salinas y advertí que no le desagradaba ese tema.
Por lo que sé de la política, no todos se atreven a decirle al Presidente de la República de manera directa y frontal quién es el candidato presidencial y, en algunas ocasiones, el propio Presidente atajaba al que quería hacer alguna propuesta sobre algún perfil de alguna candidatura, situación que no sucedió en el caso de Luis Donaldo con el presidente Salinas, por lo que yo ya intuía desde antes que Colosio sería el candidato presidencial del PRI en 1994.
Los neoliberales/ capítulo XI