La guerra contra el narco declarada por el presidente Felipe Calderón será llevada a juicio el 22 de octubre de este año en Nueva York, cuando se cumpla el plazo marcado del caso de Genaro García Luna, secretario de Seguridad de aquella administración, quien lleva más de dos años preso en Estados Unidos acusado de vínculos con el cártel de Sinaloa en esa época.
En medio de constantes e importantes revelaciones públicas de asuntos turbios de esos años y de una crítica permanente del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como de un cambio en el actual paradigma de la seguridad nacional, el proceso judicial contra García Luna ha ido transformándose en el juicio no a una sola persona, sino a toda una política antidrogas implementada durante el gobierno calderonista.
Ya antes ha habido intentos por llevar a la justicia internacional la crisis humanitaria desatada en el país en aquel tiempo. El primero fue la denuncia en la Corte Penal Internacional de La Haya en 2011 del abogado Netzaí Sandoval, quien alegó la realización de crímenes de lesa humanidad cometidos por autoridades como por los cárteles de la droga, bajo el contexto de la llamada guerra del narco.
Otra solicitud en La Haya llegó en 2019, cuando el defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (hoy fiscal general de ese mismo estado), Arturo Peimbert, interpuso una denuncia contra el ex mandatario nacional por la represión ilegal cometida en Oaxaca, exponiéndola como un ensayo de la represión ilegal, sistemática y generalizada que vendría a cometerse después en todo el país, bajo el pretexto de combatir al narcotráfico.
De esta forma, el juicio de García Luna atenderá la vieja demanda de un amplio sector de la sociedad mexicana que considera que la trágica violencia de hoy, en buena medida, es resultado de una irresponsable y engañosa decisión presidencial tomada hace quince años por un gobernante asediado por la crisis social y política que atravesaba el país cuando asumió el poder.
Es por eso que el juicio de NY se ha vuelto también un juicio a la guerra del narco.
Lo que resulta lamentable es que sea un tribunal extranjero el que venga a dar más luz sobre este nefasto periodo del siglo XXI mexicano.