Una vez consensuada la candidatura del PRI para el Estado de México, que recayó en Alfredo del Mazo Maza, y pendientes de ajustarse todos los amarres al interior de ese instituto, queda en el aire el resultado de esa especie de revuelta al interior del PAN para definir a su candidato, igual en el PRD. De Morena, ya se sabe, va con la profesora Delfina Gómez Álvarez con todo el respaldo del puntero en el camino a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador.
El suelo mexiquense va a ser escenario de algunos crepúsculos y otros tantos amaneceres en esa ruta hacia 2018, y no en balde las miradas están muy centradas en este proceso pues, debe recordarse, habrá comicios en otras entidades este año, como en Veracruz –ayuntamientos–, Nayarit y Coahuila –ayuntamientos, diputaciones locales y gubernatura, en ambos–.
Un padrón de más de 11 millones de electores, en una entidad que es la segunda que más aporta al PIB después de la Ciudad de México, desde luego que es un preciado trofeo.
Y debido a la condición económica actual de las familias, agravadas por los recientes incrementos a los precios de combustibles, sin duda jugarán un papel importante en la contienda.
De manera principal pero sin que esto signifique que el PAN y PRD estén en situación de "arrojar la primera piedra", el virtual abanderado del PRI, Del Mazo Maza, lleva el viento en contra, y tendrá que emplearse a fondo para sacar adelante la elección.
Es el mismo caso del gobernador Eruviel Ávila Villegas, quien también se juega su eventual lance para la presidencial. Hace seis años como candidato no tuvo problemas y apabulló en las urnas, pues tanto el PAN como el PRD le facilitaron el camino a la gubernatura –como hoy parece que se allanan al PRI al decidir no ir juntos a la contienda–.
Pero hoy es gobernador y, al menos en teoría y para no verse involucrado en pleitos legales, tendrá que ver la batalla desde la casa de gobierno, aunque los fines de semana podría darse tiempo para apoyar, como sin duda harán todos los alcaldes y legisladores de las distintas fuerzas políticas.
Algunos futuros en el PRI, pues, no dependerán nada más de la buena suerte ni de la movilización de las estructuras. Hará falto algo más que carisma con las bases pues, según cualquier sondeo, empuja fuerte Morena con la profesora Delfina Gómez, y si en el PAN finalmente empujan a Josefina Vázquez Mota y a ella se suman Juan Carlos Núñez Armas, José Luis Durán, Juan Rodolfo Sánchez Gómez y hasta Ulises Ramírez, las cosas pintan para una de esas batalles con finales no de fotografía precisamente, sino en los tribunales, ya que, a final de cuentas, de alguna manera todos ellos se juegan parte de su futuro político en esta contienda.
