Amables aficionados: ha quedado claro quiénes y cómo, toman las decisiones fundamentales en la Federación Mexicana de Futbol.
Los dueños del balón siempre supieron que Diego Cocca sería el nuevo director técnico de la selección, lo habían decidido desde mucho antes de filtrar la información y presentarlo oficialmente.
En torno a la elección del nuevo entrenador, los jerarcas jugaron con sus “corcholatas futboleras”, armaron una telenovela que nos mantuvo al filo del asiento durante varias semanas, y como en los melodramas de la empresa dueña del “equipo de todos”, la historia tendría un inesperado giro en la trama. En la presentación más gris y desangelada que se recuerde para un técnico de la selección, no estuvo el presidente de la Federación Mexicana, Yon de Luisa. El que apareció para cederle los trastos a Cocca, fue el presidente ejecutivo de Selecciones Nacionales, Rodrigo Ares de Parga.
La presencia de Ares de Parga y la ausencia del presidente de la FMF, tampoco es una casualidad.
Ares de Parga responde directamente al Grupo Orlegi , mientras de Luisa lo hace para Grupo Televisa.
Aunque Emilio Azcárraga Jean ha sido el personaje preponderante del futbol mexicano y lo seguirá siendo, delegó todo el tema deportivo al grupo de Alejandro Irarragorri.
Emilio III heredó el estatus de dueño del América, “benefactor” de la Selección Mexicana y mecenas de las copas del mundo que se han disputado en nuestro país.
Como dirían por ahí: el futbol mexicano es lo que es, gracias a Televisa. Y que cada quien saque sus conclusiones de lo que es el futbol mexicano. Pero ahora el pastel se ha repartido entre más, surgen nuevos personajes como Ricardo Salinas Pliego y su socio Alejandro Irarragorri, dueño del Grupo Orlegi, que maneja al Atlas y a los Santos.
Mientras al dueño de Grupo Salinas el futbol no le apasiona, a su socio, no solo le apasiona: lo obsesiona.
Alejandro Irarragorri, nombre prohibido y temido en los mentideros futboleros, es un personaje que acumuló gran poder en los últimos años y en lo absoluto es un improvisado.
El punto de quiebre para él, se da cuando en septiembre de 2017, encabeza un comité de dueños que decide rechazar una oferta de América Móvil por los derechos de transmisión de la Selección Mexicana.
La oferta ascendía a los 300 millones de dólares, pero fue desechada su pretexto de una cláusula de renovación automática con Televisa – Azteca, que ofrecían tres veces menos.
La mancomunidad del futbol salvó el negocio y mantuvo el poder gracias a la labor de lobby de Irarragorri, que como recompensa, ahora tiene en la bolsa: al secretario general de la Federación, al director de Selecciones Nacionales y al entrenador de la selección mayor.
Todos elegidos por él. El control deportivo total. Sus servicios al imperio han sido reconocidos y podemos decir que ostenta el grado de: “Almirante del balompié mexicano”.
David Badillo