Pese a la reactivación gradual de las actividades en Puebla, el transporte público continúa siendo uno de los sectores más afectados y una herida sin sanar en el bolsillo de los poblanos. Mientras su recuperación económica es gradual, la modernización no avanza y los usuarios siguen pagando el 41.6 por ciento de aumento por unidades en mal estado y asaltos al por mayor.
Actualmente, el transporte público es considerado el principal factor de contagio. Sin embargo, este servicio ya padecía otra pandemia: la delincuencia. De acuerdo con la Encuensta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), en Puebla, en 2019 el 80 por ciento de los usuarios se sentía inseguro abordo de las unidades, 93.3 por ciento en 2020 y 88.9 por ciento en lo que va de este año.
Y no es para menos. Datos de la Fiscalía General del Estado indicaron que entre enero y mayo de 2021 hubo 144 asaltos contra unidades del transporte público en la entidad. Cerca del 80 por ciento de aumento en comparación con 2020. Esto sin contar todos los atracos que no son denunciados, cifras que minimamente duplican las oficiales; además, la criminalidad cada vez es más violenta.
Por otro lado, de octubre 2020 a marzo 2021, la Secretaría de Movilidad y Transporte, entonces liderada por Guillermo Aréchiga, reportó el 60 por ciento de avance: solo 6 mil unidades contaban con botones de pánico y cámaras de videovigilancia conectadas al Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C5). El gobierno estatal admitió el fallo a inicios de este mes pero las acciones se tomaron desde abril con la llegada de Elsa María Bracamontes al frente de la dependencia. El gobernador se comprometió a resolver esta situación con lo que se esperaría una disminución en los asaltos y un aumento en la detención de los hampones.
Que tampoco se olviden de capacitar a los 14 mil choferes registrados en la entidad para mejorar su servicio, conducción y reacción ante escenarios de violencia.
En pocas palabras, el transporte público en tiempos del covid sigue igual que cuando no había covid.
David Alvídrez
