Lo que era un grito a voces llegó, con una saturación hospitalaria arriba del 80% tanto pública como privada, con un ritmo de contagio ya con curva exponencial, no quedo de otra que anunciar ayer que la CDMX y el EDOMEX regresaban a semáforo rojo por COVID-19 para las próximas 3 semanas, lo cual a título personal celebro de sobre manera, de no haberlo hecho el colapso de los sistemas de salud en ambas entidades estaba casi asegurado.
La cosa querido lector es que esta decisión lo que cuentan los que saben, es que fue a presión directa tanto de Alfredo del Mazo como de Claudia Sheinbaum respectivamente hacia la Secretaría de Salud Federal, la cual no quería tomar esa decisión, pero a final de cuentas y dadas las condiciones tuvo que ceder.
Por acá en Hidalgo la cosa esta casi igual que lo que está pasando a menos de 100 km de la capital Pachuca, deberíamos estar en semáforo rojo, sin embargo, no es así.
Ayer viernes, la SSA federal nos volvió a dejar en color naranja, esto implica que seguiremos teniendo la misma movilidad (y contagios) que en las últimas semanas.
No hay que ser muy sabios para darnos cuenta de que hay una enorme probabilidad de que cientos de miles de personas de fuera, decidan venir a nuestra entidad, por la simple razón de que pueden, ya que si por acá, los centros turísticos, los comercios, los restaurantes y las plazas están dando servicio, vendrán buscando diversión y esparcimiento.
Deseo en verdad que haya una estrategia bien pensada para saber contener esto, de no ser así, le aseguro que recibiremos el 2021 teñidos de un rojo intenso.
Mientras tanto no salga de casa y si tiene que hacerlo, cuídese como se debe.
