Si hablamos de la izquierda en la política mexicana, podríamos remontarnos a mucho tiempo atrás, mucho en verdad, y uno de los bastiones de aquel entonces fue sin duda el gran Heberto Castillo, hombre que marcó a la izquierda mexicana y que fue reconocido por propios y extraños, dada su capacidad de mirar hacia el pueblo, no por nada llegó a ser el dirigente de Movimiento de Liberación Nacional allá por el 61, movimiento que buscó en aquel entonces unificar a toda la izquierda mexicana.
Muchos analistas mencionan que ese movimiento fue la base posterior para que, dadas las condiciones, el mismo Heberto junto con Cuauhtémoc Cárdenas y nuestro actual presidente Andrés Manuel, crearan al Partido de la Revolución Democrática, en mayo de 1989, partido que en su primera década de vida vino a revolucionar a nuestro país, recordemos que fue quien le quitó la hegemonía al PRI en el aquel entonces Distrito Federal allá en 1997; sin embargo, el PRD una vez que llegó Morena a la escena, empezó poco a poco a ir desvirtuando su esencia al grado de llegar a formar alianzas con partidos de derecha y con el enemigo de origen por el cual se fundó, le hablo del PRI, ¿irónico no?
Traigo a colación esto querido lector, porque los resultados de la elección pasada provocarían de nuevo la muerte de don Heberto al ver como ese partido por el cual luchó, hoy está en los estertores de su muerte.
Con apenas el 3% de los votos, este partido ha registrado sus peores resultados de su historia quedando en riesgo su registro a nivel nacional, cosa que de no cambiar sucederá, dejándolo solo con representatividad a nivel estatal.
Para el PRD no queda más que cerrar un ciclo, un espacio de 35 años que tuvo su apogeo al inicio del presente siglo y después se fue diluyendo por la avaricia del poder y la lucha de grupos internos; quizá por eso su dirigente Jesús Zambrano al reconocer la tragedia, ya habló de crear un nuevo partido, dejando atrás los vicios y malos manejos que los sepultaron.
