Termina la semana, por mi trabajo estuve de visita en una compañía aérea, trabajé con niveles de gerencia, dirección y vicepresidencia, la solicitud que les hice fue que me mandaran a las personas más capaces y con mejores resultados, 12 fueron las que llegaron, de estas 4 fueron hombres con la típica descripción de personas de “éxito”, enfocados en su trabajo, en sus resultados, que me contaron historias de oficina y de lo mucho que habían ellos logrado para estar ahí, las otras 8 fueron mujeres (la cúpula de autoridad era mayoría femenina), con un discurso distinto, es cierto, sí, exitosas porque supieron llegar a la cima en un mundo dominado por hombres.
Pero de igual forma al escucharlas, escuché una voz diferente, escuche igual a madres de familia que tenían que preocuparse por la salud de sus hijos e hijas, escuché a mujeres que tenían que cuidar de su equipo porque sabían que era a través de él que podían llegar a sus resultados, escuché a mujeres que se preocupaban genuinamente por las otras mujeres de su compañía, y si comparo, si encontré diferencias, encontré sobre todo algo más humano en la manera de ellas, y esto es sin duda lo que a la larga grandes compañías empezarán a privilegiar.
Mañana no es solo una marcha más se lo aclaro lector mío, será la conmemoración del día internacional de la Mujer, le aseguro que es probable que haya gritos, monumentos pintados y consignas, lo celebraré porque a final de cuentas la historia es lo que ha mostrado que funciona, todas ellas a lo largo de su vida han tenido que ser disruptivas para que las autoridades en turno las puedan tomar en cuenta, y en este caso créame no será la excepción.