El martes venidero se celebra el Día Internacional de la Mujer, este día como ya lo había mencionado en años anteriores, es reconocido desde 1975 para conmemorar y recapitular la lucha de las mujeres para su inclusión y participación en sociedad.
Esta es una fecha para reflexionar sobre la valentía y determinación de las mujeres que han jugado un papel trascendental en la historia de sus países y sus comunidades, acerca del progreso alcanzado y reconocer que falta un gran trecho para alcanzar la equidad de ellas.
Nuestro país tiene aún mucho por lograr, ahora por lo pronto más allá de valorar la marcha del 8 de marzo, se esta hablando de criticar a la misma: que si rompen cosas, que si hacen pintas, que si se cubren la cara, etcétera. En lugar de hablar del contenido y la esencia del movimiento, a nosotros como hombres antes estas expresiones de inconformidad nos toca mantener una escucha abierta y atenta, la violencia de género nos concierne a todas y todos; no condenar, no reprimir y por supuesto evitar la falacia de felicitarlas, de decirles que apoyan su celebración (no lo es), asociar este movimiento a estereotipos de género como debilidad, madres “luchonas”, “heroínas” y un sin fin de adjetivos más.
Por el contrario, a lo anterior, utilice el reconocimiento, el empoderamiento, la conmemoración, los logros alcanzados, la resistencia, palabras que edifican mucho más.
Y bueno, para cerrar veremos como se presenta el 9 de marzo, si se hace el paro nacional de todas ellas, le aseguro que el impacto en la economía nacional será de considerarse, recuerde que antes de la pandemia en el 2020 lo hicieron, y el país perdió 40 mil millones de pesos.
David Aarón Cárdenas
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