Aunque Lula Da Silva ganó la primera vuelta electoral en Brasil con más de seis millones de votos más que su contrincante y siga siendo el favorito para hacerse con la presidencia, lo sorpresivo fueron los números de Bolsonaro, quien superó de lejos el límite del 37% que le daban las encuestadoras más optimistas. ¿Subestimaron la fuerza bolsonarista en Brasil?
Los candidatos a gobernador arropados por Jair Messias Bolsonaro ganaron en primera vuelta en nueve estados, algunos de ellos fundamentales como el Distrito Federal, Río de Janeiro y Paraná. Los más cercanos a Lula obtuvieron solamente cinco.
Además, el Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayoría en la Cámara de Diputados, con 99 escaños. Y en el Senado se fortalecerá, al haber ganado junto a sus aliados, 20 de los 27 puestos elegidos este año, de un total de 81 senadores.
Con el éxito de la agenda conservadora, Bolsonaro llega fortalecido a la segunda vuelta. Las encuestas se equivocaron nuevamente como hemos visto en otros países de América Latina; tal vez hayan perdido una efectividad considerable para indagar hacia dónde va el electorado. En un fenómeno al estilo de Trump en 2016 existió un voto vergonzante, que muchas encuestadoras le atribuyeron a Lula. Además, al parecer la campaña bolsonarista fue más efectiva al llevarse los votos de la centro izquierda de Ciro Gomes y la centro derecha de Simone Tebet, quienes perdieron fuerza en los últimos días de campaña, y cuyos votos serán ampliamente disputados en las próximas semanas.
Lula tiene todas las condiciones para ganar la segunda vuelta electoral pero el desafío por venir es enorme. El choque con el Congreso será inminente y existirán enormes dificultades para llevar a cabo su agenda de cambio, luchar por las minorías, proteger a la Amazonía, poner los derechos de las mujeres en el centro y poner a Brasil nuevamente como líder en la lucha contra el cambio climático, entre otros temas.
Por lo pronto, ambos intentarán acercarse a ese centro de ambos espectros. Así lo dejó ver Lula en su discurso de triunfo, en el que hizo algunos guiños: “Lulinha paz y amor está listo para conversar con todo el mundo”, dijo. Sin embargo, es más probable que logre una alianza con la derechista Simone Tibet, dura crítica de Bolsonaro, que con el centro izquierdista Ciro Gomes que responsabiliza a Lula y al PT del ascenso del bolsonarismo.
Por el contrario, en su discurso Bolsonaro aprovechó para irse con todo contra los medios y las encuestadoras, a los que en primera vuelta señalaba por “querer confundir al electorado con cifras falsas” para impedir su reelección. Probablemente, radicalizará su discurso a favor de la familia tradicional, el derecho a la propiedad privada y el “mandato divino” que dice ostentar.
Brasil, al igual que países como Colombia luego de su reciente elección presidencial, demostró estar partido en dos, tal como se evidencia en el mapa de la elección, cuyas partes parecen agruparse entre sí más en contra o por miedo de algo, que alrededor de algo. La realidad política de Brasil se vivirá entre una derecha recalcitrante que dominará el legislativo y un progresismo muy fuerte en las partes más pobres del país que no desistirá en el retorno.
Luego de estar condenado a 20 años de prisión, preso casi dos años y de la campaña sistemática de desprestigio en su contra día tras día, a sus 76 años, Lula está más vivo que nunca.
@DanielaPachecoM