No confundir la 4IR - La Cuarta Revolución Industrial con la 4T - Cuarta Transformación. Son cosas muy distintas, una es lo que pretende el presidente AMLO en su gobierno y la otra es un suceso mundial donde la humanidad está entrando a una nueva fase. Ésta se ha convertido en la realidad vivida por millones de personas en todo el mundo y está generando nuevas oportunidades en los negocios, en los gobiernos y en las personas. Sin embargo también amenaza una nueva divergencia y polarización entre las economías y las sociedades.
Este año (2019) se cumplen diez años del inicio de la crisis financiera mundial, que ha tenido consecuencias sociales y económicas de una magnitud sin precedentes en las recientes generaciones. Combinado con antecedentes de un crecimiento inequitativo, esto ha incrementado las preocupaciones de los ciudadanos sobre la globalización y ha polarizado el debate político. A pesar de que el crecimiento global ha sido más robusto que los últimos dos años, se torna muy frágil en contextos económicos y políticos muy cambiantes.
La evolución de la 4IR y las consecuencias de la Gran Recesión, están redefiniendo los caminos hacia la prosperidad y, de hecho, el sentido mismo de la prosperidad, con profundas implicaciones para la formulación de políticas públicas. Los líderes interesados están buscando respuestas y soluciones, con el objetivo de ir más allá de las medidas reaccionarias de corto plazo.
Después de haber conceptualizado la Cuarta Revolución Industrial, el Foro Económico Mundial (WEF) por sus cifras en inglés, está contribuyendo a un pensamiento global y a elaborar políticas, para integrar el significado de la 4IR en la competitividad.
Ahora el WEF toma en cuenta nuevos aspectos para rediseñar sus indicadores que permitan definir de mejor manera la competitividad en los países. Integra aspectos bien establecidos que impulsan la productividad y el crecimiento. Enfatiza en el rol del capital humano, la innovación, la resiliencia de las economías y la agilidad para reaccionar, no solo como conductores sino también como características definitorias del éxito económico en la 4IR.
Se preguntarán, ¿por qué traigo a colación todo esto? Porque estamos sumidos en nuestro micro mundo que es México, donde debatimos sobre la globalización económica o cambiar de modelo para lograr crecimiento con equidad para combatir la pobreza. Si analizamos los párrafos de arriba, nos daremos cuenta que esto es una preocupación mundial, no sólo de nuestro país. Pero no vemos hacia afuera para saber a dónde se está moviendo el mundo.
Si analizamos lo que el presidente López Obrador esta implementando como políticas pública para lograr el fin antes descrito, va en sentido inverso hacia donde va el mundo. Lo que bajará la calificación de competitividad de México que hoy está en el lugar 46/140 países, porque no se está trabajando en los cuatro aspectos torales de la 4IR. Veamos, para brindarle nuevos conocimientos, habilidades y capacidades al capital humano que ofrecemos, con la nueva Reforma Educativa y sus tratos con la CNTE, no se ofrece nada nuevo y menos mejora para la gente; en desarrollo de innovación, vemos que esto está totalmente cancelado al reducir drásticamente recursos para ciencia y tecnología; resiliencia económica para enfrentar cualquier eventualidad mundial, no se está construyendo, al contrario, siento que estamos dejando muy vulnerable nuestra economía; y por último la agilidad de nuestros líderes sobre todo gubernamentales para responder y reaccionar con prontitud ante emergencias o cambios drásticos a nivel mundial, los percibo tan rápidos como el movimiento de una tortuga y tan actualizados como un dinosaurio. Concluyó diciendo que la 4T va en sentido contrario a la 4IR. México no avanza, retrocedemos.