En mi reflexión de la semana pasada hice referencia a un artículo de un periódico internacional en su edición digital titulado: “Xóchitl Gálvez, la candidata anfibia que se crio entre una familia progresista y otra conservadora”.
Inspiración para el título de estas dos semanas donde se deja entre ver que la candidata más fuerte de la oposición contra Morena para las elecciones del próximo año, ha tejido una historia llena de un romanticismo en torno al tema que mejor maneja:
El indigenismo, incluyendo la mega cosmovisión y complejidad que esto implica para los académicos claro está. No es su caso.
Pero no es mi intención hablar sobre el indigenismo en un país donde los derechos de los indígenas fueron pisoteados por muchos años y donde las lenguas y tradiciones populares se resisten a desaparecer.
La candidata le ha sacado raja política al tema indigenista sin serlo según da a entender el artículo que inspiró esta reflexión.
De ahí la pregunta: ¿Es indígena la Señora Gálvez?, ¿Realmente es tan chingona como dice ser? ¿Vendiendo gelatinas y tamales le permitieron estar dónde está?
Si por traer finos huipiles o quechquémeles piensa que vamos a creerle que es indígena está algo equivocada.
Las comunidades son auténticas y rechazan la impostura.
La Señora Gálvez es una ciudadana quizás con orígenes indígenas por sus abuelos como mi bisabuelo español y no por eso me voy a creer del Reino de España porque, además, soy Republicano y más mexicano que el mole.
La herencia es innegable, pero se mantiene o se modifica según las circunstancias y los contextos formativos del individuo.
Así entonces podemos decir que su “supuesto” indigenismo es más una cuestión de gusto/ arraigo por su herencia donde su actividad profesional, además de empresaria (con millonarios contratos en administraciones panistas), la mantienen con un discurso romántico cual mujer maravilla venida de vender tamales y gelatinas para convertirse en Presidenta de la República.
La auto descripción es vanidosa y narcisista.
Voy a poner un ejemplo propio evitando caer en complejos:
Mi padre fue vulcanizador y pequeño comerciante de un auto lavado, además tuvo un par de tráileres.
En mis tiempos de secundaria y preparatoria de forma obligada tenía que estar en el taller lavando las llantas y limpiando los coches los fines de semana y vacaciones.
Francamente no me interesó aprender a vulcanizar porque tenía claro que no era mi vocación heredada desde el abuelo.
Hoy el oficio está desapareciendo.
Sin embargo como actividad alterna y colaborativa del negocio familiar fue un episodio en mi vida del cual me siento orgulloso, pero sostener que fui lavacoches o vulcanizador me parece por demás romántico para construir una narrativa discursiva para hablar sobre el esfuerzo si fuera mi caso.
Fue solo una circunstancia temporal. Una auto descripción emotiva si queremos hablar de la “cultura del esfuerzo”.
Me imagino un título: “Carmona, de lavacoches a Presidente de la República”. Ridículo, pero a la vez romántico.
La auto descripción en un contexto político a mi parecer no funciona con un tema tan sensible, complejo y peculiar como es hablar sobre indígenas, su cultura y tradiciones.
En su pueblo donde dicen que es originaria nunca volvió según el artículo periodístico “Xóchitl Gálvez, la candidata anfibia que se crio entre una familia progresista y otra conservadora”.
Sobre la Señor Gálvez tendría muchas anécdotas incluyendo mi paso por la Secretaria Técnica de los Premios Nacionales donde me encargué expresamente del Campo de las artes y tradiciones populares antes del cambio a la ley de premios estímulos, y recompensas civiles.
La oposición tiene mejor candidata en Beatriz Paredes a quien tuve la oportunidad de tratar (trabajando en el SEP), siendo ella Embajadora en Brasil donde la priista, logró acuerdos importantes de vinculación superior universitaria.
Estoy convencido que somos lo que hacemos y no lo que andamos diciendo que somos.
Se autonombra indígena porque ha trabajado en torno al indigenismo y ser indígena en México (en este país multicultural donde el clasismo y racismo la han acompañado al lado del PAN), es autonombrarse porque políticamente le reditúa.
¿Anfibia? No, simplemente oportunista en autonombrarse indígena…