“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…” Chaplin
Mucho se ha escrito sobre el arte de gobernar y muchos estudiosos han dedicado su vida a construir y darle forma a la política como el arte de gobernar.
En las bellas artes encontramos inmerso al teatro donde la disciplina ejemplifica muchas veces a quienes en el oficio de gobernar (políticos) , son puro teatro y/o cuenta cuentos.
Sin embargo no es mi intención abordar las manifestaciones teatrales donde podríamos incluir al circo con todo y payasos que han sido y son parte del espectáculo.
Por cierto los burros (cuando había animales en los circos) nunca fueron tomados en cuenta.
En la política hay muchas especies cual animales pero esas, esas son otras historias.
Recordar a Platón es condición para poner sobre la mesa qué es el arte de gobernar y cómo lograrlo a través de la rigurosa práctica de la virtud en tiempos donde los “políticos” miden su popularidad para encabezar candidaturas y proyectos con miras a las elecciones del próximo mes de junio.
Por vez primera estará una mujer al frente del País.
Y me refiero a Claudia Sheinbaum y no a la espantosa X recordando a Chabelo (el amigo de todos los niños), cuando el peor resultado en su “catafixia” era una X.
Ese “bodrio” de oposición que han construido contra la 4T donde “no nos moverán” recordando al canto de la izquierda latinoamericana es la espantosa X.
El peor resultado y retroceso que le podría pasar al país.
Afortunadamente la sana polarización donde no hay espacio para los grises nos alienta a tomar partido y apasionarnos como en el futbol con el famoso clásico Civas-América.
Aunque como Lagunero, el mejor equipo de la liga es mi Santos Laguna con 6 campeonatos.
El presidente de la transformación Andrés Manuel López Obrador alienta a la discusión y al debate:
“Es tiempo de definiciones, nada de medias tintas y simulaciones”. Para la biblia los indecisos son vomitivos y nadar de “a muertito” es ahogarse en el mar de las posibilidades de construir y consolidar la cuarta transformación.
Los oportunistas florecen cual flores en mayo.
Pero volviendo al tema del arte de gobernar o de la política -que para la reflexión de hoy es lo mismo-.
Aristóteles con su herencia acuña en piedra el principio filosófico de que gobernar es el arte a través del hábito en la práctica de la moral, esto con el único objetivo de dar forma a nuestras sociedades y recibir a cambio los frutos y bienaventuranzas de la virtud.
La política se presenta como un gran escenario (teatro), donde por desgracia algunos políticos alternan la comedia y la sátira encarnando papeles de traidores, payasos, bufones y grandes víctimas producto de la falta de oficio y pericia.
En el peor de los casos muchos actores (políticos), convierten el ejercicio público en una cueva donde Ali-babá y sus cuarenta ladrones son personajes secundarios pues la Moral para ellos, recordando al padre iniciador de los priistas Gonzalo Santos (cacique y ex gobernador de San Luis Potosí), es “un árbol que da moras, o vale para una chingada”.
Continuara.
@cuauhtecarmona