“Se hereda a los hijos, no a los sobrinos” Carlos Salinas de Gortari
Los méritos y capacidades poco importaron para acceder a puestos y candidaturas en el viejo régimen donde el favoritismo fue siempre la constante.
Así tenemos historias donde el derecho hereditario pareciera fue consustancial a los derechos políticos dentro de los partidos, especialmente en el PRI.
Hermanos, padres, hijos, sobrinos, cuñados y parientes consanguíneos o políticos se pasaban cargos y/o candidaturas valiéndoles “madre” la meritocracia o la igualdad de los derechos políticos.
Cuando Carlos Salinas de Gortari se inclinó por Colosio y no por Camacho para sucederlo a la Presidencia cuentan que expresó: “Se hereda a los hijos, no a los sobrinos”.
Desde una concepción del derecho familiar en línea sucesoria es inequívoco el postulado.
Celebro que la presidente Claudia Sheinbaum esté preparando una iniciativa para atacar y combatir el nepotismo donde en el Moreirato (Humberto y Rubén Moreira), encontramos la máxima expresión como el ejemplo de la transa, la negociación y el acuerdo de “heredar” candidaturas y después el ejercicio del poder entre parientes.
¿Y qué entendemos por “nepotismo”?
Según Wikipedia desde su significado etimológico “nepotismo deriva de nepote y el sufijo -ismo, este del italiano nepote (sobrino), a su vez del latín nepos en referencia a la práctica de los papas durante la Edad Media y el Renacimiento de nombrar a sus parientes (la mayoría sobrinos) como cardenales”.
En la iglesia católica o dentro del cristianismo lo correcto del término para referirnos al nepotismo es “simonía”.
Un término en desuso para señalar la compra o venta de cargos eclesiásticos donde el trono de San Pedro -estoy seguro-, ha sido objeto de esas prácticas que el poder subyace a quienes ambicionan cargos de manera enfermiza.
La iglesia “la luz del mundo” fundada por Eusebio Joaquín González ahora es gobernada por su nieto Naasón Joaquín sentenciado por delitos sexuales contra menores de edad en los Estados Unidos.
Anteriormente gobernada por su padre Samuel Joaquín. Historias de nepotismo. Pero esas, esas son otras historias…
El nepotismo está presente en todos los espacios sociales donde haya relaciones de poder.
En las iglesias, en las empresas y en el gobierno en sus distintos niveles.
Sin embargo, en política en tiempos de transformación a los actores que ejercen poder se les debe desalentar esas prácticas.
Les importa un comino la declaración universal de los derechos humanos que en su artículo 21, numeral 2 establece: “Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de equidad, a las funciones públicas de su país”.
En México tenemos un ejemplo de nepotismo titánico.
El buque insignia en el pasado priista fue el “Moreirato” que, para definirlo, tenemos que ir a su origen el cual nos lleva a Humberto Moreira.
De los últimos gobernadores que impuso el poderoso sindicato de Maestros (SNTE), cuando estuvo al frente la defenestrada ex líder sindical del magisterio Elba Esther Gordillo Morales, la misma que el PRI metió a la cárcel por oponerse a la reforma del ex presidente viajero Enrique Peña Nieto.
Continuará…