Vida, verdad y libertad fue lo que el fin de semana, Xóchitl Gálvez enarboló en su discurso de cierre de precampaña, como los tres valores que el actual gobierno federal ha destruido, y como los tres pilares que habremos de defender quienes creemos en este proyecto de Nación.
Y refirió en su discurso cómo es que cada uno de estos tres ejes de la democracia han sido atacados una y otra vez por el inquilino del Palacio Nacional: ya con sus declaraciones matutinas, ya con sus ocurrencias y caprichos, pero lo que más salta, es la indolencia y el cinismo con que lo ha hecho. Sin duda, el llamado de Xóchitl invita a la reflexión.
Se han perdido cientos de miles de vidas por diferentes causas debido a la negligencia del Gobierno federal y, siendo que éste es el encargado de procurar el bien común de todos los mexicanos, le debemos exigir siempre, a todo servidor público, actuar con ética y responsabilidad.
La verdad mancillada pega en lo más hondo, porque, dice Xóchitl, ningún presidente de este país (ni de ningún otro) puede atacar, ofender, denostar, decir una cosa y hacer otra, en contra de sus compatriotas, de las personas que hacen que el país se llene de vida, de aspiraciones y de logros…ningún mandatario debe ser presa de sus fantasmas ideológicos llevándose de largo los sueños de tantas y tantos mexicanos que engrandecen la patria.
Y la libertad se ve en peligro, precisamente por la amenaza contra las propias instituciones que son garantes de derechos humanos y, en consecuencia, de la democracia; la libertad se arranca cuando se amenaza a quien piensa distinto, cuando no se permite que las personas crean en algo mejor y lo construyan; está en riesgo la libertad cuando una persona trata de cooptar a los otros poderes para que se sometan a sus caprichos. Así es que a lo largo de los más de cinco años que lleva en el gobierno, el señor López nunca entendió que no es dueño del país. Nunca comprendió que lo que México necesitaba era una persona capaz, comprometida, responsable y con sensibilidad y congruencia, para poder llevar a cabo las acciones que pudieran cambiar lo que estaba mal y mejorar lo que va bien. Hoy, Xóchitl Gálvez levanta la mano y puede llenar esos vacíos; estamos ante la histórica oportunidad (y responsabilidad) de dar un paso adelante por el bien de México; con la consciencia de que la defensa de la democracia se da desde las bases, hoy, la vida, la verdad y la libertad de las y los mexicanos nos convocan a trabajar en unidad, a la luz de la razón con fuerza y corazón. Porque sí, yo quiero poder votar en el 2030 también ¿y tú?