El proceso de selección de la persona que encabezará los trabajos del Frente Amplio por México ha concluido de manera exitosa. El pasado domingo se entregó a Xóchitl Gálvez Ruiz su constancia como coordinadora del Frente Amplio por México.
El proceso realizado en el Frente Amplio deja varias lecciones que se deben considerar en el futuro, y la primera de ellas es la referente a que, con un buen discurso y con la intención de mostrar una opción diferente a la mostrada por el partido en el poder, se pudo unir a la oposición con un objetivo muy claro: recuperar la esperanza de que sí se puede aspirar a un México mejor.
También debemos considerar que el discurso que dejó de vender entre el electorado es el de la separación y divisionismo. Hoy México no puede seguir por el camino del odio, pues en cinco años hemos visto el poder destructivo que este tipo de discursos tiene en cualquier sociedad. Por el contrario, Xóchitl Gálvez ha mencionado claramente que su objetivo es el de “no dividir, no ofender y no engañar al pueblo”, lo cual tiene un valor enorme en una sociedad que hoy se encuentra, precisamente, dividida, ofendida y engañada.
Debe destacarse que el ejercicio realizado por el Frente Amplio por México es inédito; nunca antes se había convocado a toda la sociedad a participar en un ejercicio de escucha y toma de decisiones sin intermediarios, en el que los mismos ciudadanos han decidido de manera directa. Esto marca un hito, de hoy en adelante los partidos políticos tendrán que ser mucho más receptivos al sentir de la sociedad.
Sí, la sociedad habló y fue escuchada, el proceso se desarrolló conforme al ritmo que la sociedad fue marcando; el desenlace fue el que la propia sociedad señaló eligiendo a Xóchitl Gálvez como coordinadora de los esfuerzos del Frente Amplio. En apenas dos meses ha demostrado tener el empuje necesario para estar en la boleta electoral del próximo año. Ha demostrado, en poco tiempo, la capacidad natural de ganar simpatías y lograr que sectores enteros de la sociedad se entusiasmen con la idea de que el desenlace de la elección de 2024 puede ser otro, uno muy diferente al que desde el oficialismo se ha señalado.
Xóchitl Gálvez deberá construir un discurso que dé respuesta a los grandes problemas nacionales, tendrá que construir una plataforma que dé cabida a la mayor parte de las inquietudes de la sociedad, necesitará consolidar un movimiento en el que los diversos sectores de la sociedad encuentren un punto de encuentro y un objetivo común: construir un mejor México, más justo, más generoso.
El camino de la división no tiene futuro, el cambio es posible, la esperanza de construir un mejor México siempre será la mejor opción.