La violencia que sufre la mujer no solo tiene que ver con los grupos delictivos o con un esposo golpeador, también la enfrenta en la cancha política. Es todo obstáculo que ponen en su camino para impedirle el derecho a participar en la toma de decisiones.
Por mucho tiempo se vio como “normal” que las mujeres tenían que aguantar todo tipo de agresiones por el solo hecho de “andar en la política”.
El género ha estado acostumbrado a que lo descalifiquen, invisibilicen, acosen, hostiguen, difamen e intimiden. Sin embargo, el pasado 13 de abril se publicaron reformas para prevenir, erradicar y sancionar la violencia política contra las mujeres en razón de género.
Sobre el tema, tuve el honor de participar en una mesa virtual del Instituto Electoral de Tamaulipas, a invitación de su titular Juan José Ramos Charre y de la consejera presidenta de la comisión de Igualdad de Género, Nohemí Argüello, donde también estuvieron los destacados comunicadores Leticia Santoyo, Primitivo López y Francisco Castellanos.
En ese espacio, se comentó que el nuevo marco jurídico prohíbe obstaculizar a las mujeres los derechos de asociación o afiliación política, ocultarles información para impedir su participación, ocultar la convocatoria para el registro de precandidaturas o candidaturas, proporcionar información falsa, incompleta o imprecisa para impedir su registro, obstaculizar su campaña o precampaña política.
Ya hay sanciones que van de uno a ocho años de prisión y la pena irá en aumento si el infractor es servidor público, funcionario partidista, aspirante o candidato.
Tamaulipas ya empezó el proceso para aterrizar las reformas. Es un paso muy importante en favor de la protección de los derechos políticos electorales de la mujer. No es una concesión gratuita, es atender y cumplir disposiciones internacionales en materia de derechos humanos.
El Congreso del Estado, llamado a incentivar la participación femenina, ya dio entrada a la iniciativa de decreto respectiva.
En la antesala del próximo proceso electoral es importante garantizar la igualdad de condiciones, lo que conocemos comúnmente como piso parejo.
Marca un antes y un después en la participación política de las mujeres. Se podrá actuar a tiempo en casos de emergencia por violencia política en razón de género. _