La responsabilidad social empresarial es un concepto que poco a poco se ha convertido en una forma de gestionar las empresas con la convicción de que no es suficiente generar utilidades y empleo, sino que es necesario incidir positivamente en la comunidad que las rodea.
Anteriormente se pensaba que el ámbito de acción de la RSE se centraba en la preservación del medio ambiente, pero en realidad la responsabilidad social busca, como lo menciona el Centro Mexicano para la Filantropía, que las operaciones de la empresa “sean sustentables en lo económico, lo social y lo ambiental, reconociendo los intereses de los distintos grupos con los que se relaciona y buscando la preservación del medio ambiente y la sustentabilidad de las generaciones futuras”.
Una de las acciones que realiza cada vez una mayor cantidad de empresas es la construcción de programas de voluntariado corporativo, con los que se busca contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la comunidad, mejorar su calidad de vida a través de actividades educativas, deportivas, culturales, ambientales u otras necesidades que se detecten en la población a la que se apoyará.
Desafortunadamente, no se cuenta con estadísticas sobre las empresas que cuentan con este tipo de programas o una medición de su impacto económico, social, ambiental o de otra índole; aunque el INEGI ofrece cifras interesantes que indican que en 2021 hubo una participación de más de dos millones de voluntarias y voluntarios en organizaciones sin fines de lucro, de los cuales un 45.3% son mujeres y un 54.7% hombres.
En definitiva, el número de empresas con programas de voluntariado sí ha crecido, ya que cada vez hay más empresas socialmente responsables con un interés genuino por vincularse con su comunidad.
Existen empresas y organismos que brindan apoyo y asesoría a las organizaciones que desean incursionar en la gestión del voluntariado, ya que la idea es que forme parte de la planeación y operación de la empresa y que se establezca un programa con objetivos medibles, actividades, responsables y un seguimiento a su impacto.
Los beneficios que estos programas reportan son múltiples y variados, tanto para la empresa como para los empleados, al generar un mayor sentido de pertenencia y desarrollar habilidades de trabajo en equipo, colaboración y empatía.