"Cualquier mujer en un puesto de mando puede ser una líder exitosa, pero no todas saben cómo lograrlo"
Cada vez hay más mujeres que ocupan puestos de mando en las empresas, lo que representa un gran avance en la lucha por la igualdad de género que hace tan solo unas décadas era un sueño. El último gran ejemplo es la llegada de Linda Yacccarino como nueva CEO de Twitter.
Sin embargo, todavía enfrentan desafíos, pues muchas personas creen erróneamente que su presencia es sólo para romper el llamado “techo de cristal” o cumplir con una cuota de género, olvidando los beneficios que aporta una mujer al frente de un proyecto. Aunque cualquiera puede convertirse en una líder exitosa, no todas saben cómo lograrlo.
Ser líder va más allá de saber delegar o dar órdenes: significa ser la persona que inspire a todo un equipo a creer en la misión que ella misma desarrolló. Un equipo de trabajo que cree en lo que hace está constantemente inspirado a lograr más y da mejores resultados a pesar de las circunstancias que a veces pueden parecer aplastantes.
Y las mujeres tienen mucho que aportar al respecto. El informe The Business Case for Change de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que brindan un efecto positivo e incrementan los beneficios en las empresas, como la creatividad, la innovación y la apertura, pero para que esto suceda deben de ocupar al menos 30 por ciento de los puestos de mando.
Otras de las conclusiones del documento es que 57 por ciento de las empresas entrevistadas asegura que la presencia de mujeres en los cargos directivos promueve la llegada de nuevo talento y la retención del que ya está, además de que hay un repunte en las habilidades interpersonales, como la empatía y la orientación a las personas, que son importantes para el liderazgo.
En este sentido, hay cinco claves para ser una líder exitosa que ofrece el coactive coaching, una herramienta que se enfoca en la creatividad y la mejora del desempeño de quienes trabajan en una empresa para que puedan desarrollar todo su potencial y lograr un equilibrio tanto en su vida personal como laboral.
1. Autoconfianza. La falta de confianza puede provocar que una mujer con los conocimientos necesarios pueda sentir que es incapaz de lograr ciertas tareas, lo cual la limita la responsabilidad de sus acciones y la hace dudar a la hora de aplicar a un puesto directivo. De acuerdo con un estudio de BBVA, las mujeres solo se postulan a una vacante si cumplen al menos 90 por ciento de los requisitos, mientras que los hombres lo hacen con solo 60 por ciento.
2. Aprendizaje continuo. La pandemia de covid-19 vino a revolucionar la forma de trabajar y, con las nuevas tecnologías y la automatización, muchos empleos están en riesgo de desaparecer o cambiar. En este contexto, el aprendizaje continuo es vital y necesario para las mujeres que buscan un puesto de dirección. El concepto, según un artículo de Linkedin, es desarrollar habilidades y conocimientos en respuesta a los cambios.
3. Reciclaje profesional. A veces no es suficiente con lo que aprendimos en la escuela, sino que es necesario reinventarse ante los cambios tecnológicos. Una preocupación que ya existía desde antes de la pandemia y que se ha agudizado debido a los cambios que trajo; por ejemplo, en 2018 un estudio de McKinsey Global concluyó que únicamente 16 por ciento de sus líderes empresariales se sentía preparado ante las posibles brechas de habilidades.
4. Capacitación adicional. Estudiar otro idioma o aprender a usar ciertas aplicaciones y programas nunca está de más y puede hacer la diferencia a la hora de aplicar a un puesto de mando; actualmente ya no es necesario estar físicamente en las aulas, sino que hay muchas alternativas que se ofrecen en línea, muchas de ellas gratuitas.
5. Aprender soft skills. Nadie duda de la importancia de las habilidades duras como lectura, escritura y matemáticas; sin embargo, las empresas cada vez valoran más el desarrollo de las llamadas “habilidades de vida” o “habilidades blandas”. Entre las soft skills que el Unicef recomienda desarrollar están el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la resiliencia y la empatía.