Contra su voluntad, Andrés Manuel López Obrador “logró”, ya, una verdadera transformación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Lo que concibió el presidente como una institución alineada a sus ocurrencias y sumisa al nivel de los reptiles con la presidencia del anterior titular Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y con su fallida candidata a sucederlo, la -aún- Ministra Yasmin Esquivel Mossa, se le complicó y no pinta bien para sus fines, pero sí para los del país.
Falló al intentar prolongar anticonstitucionalmente, por dos años, la presidencia de Zaldívar; después falló en la candidatura de Esquivel para titular de la Corte, y en esta falló doblemente pues al máximo tribunal del país no llegó un Ministro tibio o comprable, sino una muy recta y comprometida con la autonomía entre poderes como -se está viendo- lo es la Ministra Norma Piña.
La nueva titular de la Suprema Corte ya ha dado fuertes, pero necesarias señales de su distanciamiento republicano del inquilino de Palacio Nacional al grado que las huestes morenistas ya abrieron fuego, descaradamente, contra la primera mujer Presidenta del Poder Judicial de la Federación.
Recientemente la Justicia federal también dio palo a la destitución de Jacobo Molina como secretario del Instituto Nacional Electoral quien fue reinstalado, y ayer nuevamente los vecinos del presidente le dieron otro “estatequieto” al conceder la suspensión temporal a la entrada en vigor del Plan B.
El Ministro Javier Laynez Potisek admitió la demanda de Controversia Constitucional que interpuso el INE de Lorenzo Córdova contra el “Decreto por el que se reforma, adiciona y derogan” diversas leyes electorales que había sido aprobado por el Congreso de la Unión a iniciativa del propio López Obrador luego que no pasó, el año pasado, su primera intentona de reforma constitucional en materia electoral.
La suspensión refiere una perla del tamaño de México cuando refiere que se otorga porque el Plan B representa una “posible” violación a los derechos político-electorales de los ciudadanos.
Sin duda que podríamos estar atestiguando uno de los momentos modernos más brillantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esto sí merece un himno.
Twitter: @Celso_Marino1