Desde hace casi cuatro años que la agenda de los grandes temas nacionales se dictaba solo desde la boca de Andrés Manuel López Obrador: tuvo el monopolio de la discusión pública nacional del 2018 hasta finales de enero pasado.
Ante cualquier señalamiento a su gestión bastaba la descalificación desde La Mañanera, la consubstancial campaña digital contra los críticos, la inmediata y prolongada inacción de las autoridades correspondientes y, por supuesto, el cambiar de tema cada mañana para marcar la agenda pública.
Desde hace tres semanas esto ya no funciona.
Las cosas cambiaron desde que un reportaje sobre la vida de lujos y del conflicto de interés de José Ramón López Beltrán, hijo de AMLO, se publicó el 27 de enero (por cierto, el reportaje no es de Carlos Loret, sino de Raúl Olmos, Verónica Ayala y Mario Gutiérrez Vega y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad).
López Obrador aplicó su fórmula, pero ya no funcionó.
Desde esa fecha AMLO ha intentado imponer otros temas como: Condena al presidente del INE por asistir a reuniones del PAN (enero 28); condena a Panamá por no aceptar al embajador obradorista (feb. 1); creará una empresa estatal del litio (feb.2); remesas récord (feb. 3); embajador de EEUU respalda (sic.) la reforma eléctrica (feb. 4); ¡El Penacho de Moctezuma! (feb.7); pausará (sic.) las relaciones con España (feb. 9).
Acusa ingresos millonarios de Loret (feb.11). Gobernadores morenistas sacan carta de apoyo a AMLO y la respuesta de José Ramón y su esposa a los señalamientos de conflicto de interés (feb. 13). Que se “revelen” oficialmente los ingresos de Loret y otros periodistas (feb. 14, 15 y 16).
AMLO llora y agradece a sus hijos “por resistir”. “Bots” árabes “inflaron” el Space de Sociedad Civil México (feb.16); hablará con Biden para que EEUU no financie a quienes lo critican (feb. 17), bueno, hasta hicieron hablar a uno de los propagandistas gráficos del régimen que se supone que lo suyo es dibujar y, claro, tampoco funcionó.
Aún es temprano para decir si la sociedad ya recuperó la discusión pública, pero en estas tres semanas se dieron pasos grandes en esa dirección.
Celso Mariño
