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Drácula

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  • Celeste Ramírez

La plataforma Teatrix, que ofrece una variedad de obras de teatro realizado en España, México, Argentina y Uruguay, tiene un interesante catálogo. Entre las obras se encuentra la puesta en escena de Drácula, el musical, dirección y adaptación de Pepe Cibrián Campoy.

Es la versión teatral de Drácula, la novela literaria de Bram Stoker, que ha sido adaptada en el cine y la televisión así como en otros formatos de entretenimiento. Es la más famosa fórmula vampírica, la única.

Al escritor se le debe la creación de personajes como el conde Drácula, el profesor Abraham van Helsing, la dulce Wilhelmina Harker y el atribulado Jonathan, historia y personajes que, a partir del siglo XX y hasta ahora, han sido frecuentemente reinventados.

La versión dramática cobra relevancia, pero considero que quien pudo traducir de mejor manera la historia epistolar de Stoker, ha sido —sin duda— el director de cine Francis Ford Coppola

En 1992 construyó un relato fílmico legendario, fino, incluso ya universal. Mientras que el actor Gary Oldman logra la mejor interpretación (representación) del Conde Drácula, un vampiro arrogante, cruel y endemoniadamente enamorado de Elizabeth: “He cruzado océanos de tiempo para encontrarte”.

El filme y su realización, tanto en la narración fílmica como en los efectos especiales, las interpretaciones y en general la versión para cine, no ha sido superada en ningún formato ni antes ni después.

La sangre es la vida, repite R. M. Renfield, atado en una camisa de fuerza. Del mito folclórico al éxito rotundo en expresiones artísticas, el personaje del vampiro ha perdurado como la majestad del ambiente gótico. Marca vigencia en la literatura, en las artes plásticas, así como en las artes escénicas y en la música.

El vampiro y su insaciable sed de sangre humana se encuentran también en los cómics y videojuegos. Es el gran mito universal. Estos seres de la fantasía gótica romántica están determinados por el glamur ancestral, la inmortalidad, así como la riqueza, linaje, belleza, elegancia, sensualidad y una fuerte dosis de erotismo.

Como el Drácula, de Stoker, arquetipo fundamental del vampirismo, estos seres caminan en la noche, la oscuridad y entre la neblina. La ficción los ha evolucionado a tal grado que hay personajes vamp que el sol no les provoca ningún menoscabo.

Los relatos vampíricos, como la adaptación al lenguaje teatral que realizó el dramaturgo Pepe Cibrián Campoy, tratan de las hermosas y perversas criaturas (la Condesa, Mina y Lucy) que convergen entre otros personajes principales como los cazavampiros (Profesor Abraham van Helsing), además de una pléyade de gitanos, protectores por mar y tierra del Conde. La subcultura ha generado grandes éxitos; múltiples lectores, en su mayoría adolescentes, que devoran sagas literarias de vampiros rompecorazones, así como de voluptuosas y sensuales mujeres vampiresas.

Hay público especializado que venera lo gótico vampírico, asiste a convenciones internacionales de cómics y videojuegos; crece la demanda turística y cultural a destinos y museos temáticos. Además, los objetos de culto son comercializados y subastados. El vampirismo seguirá como pieza inacabable de cultura pop. Mientras existan adaptaciones a los diferentes (y nuevos) formatos de entretenimiento, así como de expresiones de arte, habrá Drácula para un buen rato.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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