Llega a mi mesa de trabajo un clásico de la poesía castellana. Hablo de los Poemas Humanos (UAEM, 2019) del peruano —siempre imprescindible— César Vallejo (1892-1938), voz absoluta de la recurrencia de las cosas sencillas: la lluvia, el cuerpo, los lugares y la muerte.
“La paz, la avispa, el taco, las vertientes, / el muerto, los decilitros, el búho, / los lugares, la tiña, los sarcófagos, el vaso, las morenas, / el desconocimiento, la olla, el monaguillo, / las gotas, el olvido (…)”.
Los versos de César Vallejo muestran la vitalidad y el rigor. Es un diálogo vigente en torno a las emociones humanas al límite. Encontramos, en Vallejo, la tristeza y las odas a la ausencia: “El placer de esperar en zapatillas, /de esperar encogido tras un verso (…)” (Guitarra).
“¿Quién no almuerza y no toma el tranvía, con su cigarrillo contratado y su dolor en el bolsillo?”, (Altura y pelos).
Lectura obligada, poeta de un estilo único y de los versos que no requieren de ninguna explicación. Siempre necesario.
“Oye a la túnica en la que estás dormido, / oye a tu desnudez, dueña del sueño”.
Obsesión de otros poetas y lectores, Vallejo notable y necesario, siempre en la cercanía, a la derecha del buró y la cabecera.
“Calor, París, otoño, ¡cuánto estío/ en medio del calor y de la urbe! / ¡C’est la vie, mort de la Mort! / Es como si contara mis pisadas.” (Calor, cansado, voy con mi oro, a dónde…).
Vate de los jueves, de los domingos y de los imaginarios lunes. Poeta de París y de los huesos fríos.
“Me moriré en París con aguacero, /un día del cual ya tengo el recuerdo. / (…) son testigos/ los días jueves y los huesos húmeros / la soledad, la lluvia, los caminos…”. (Piedra negra sobre piedra blanca).
“Hoy es domingo y, por eso, / me viene a la cabeza la idea, al pecho el llanto/ y a la garganta, así como un gran bulto. / Hoy es domingo, y esto tiene muchos siglos; de otra manera, / sería, quizá, lunes, y vendríame al corazón la idea, / al seso, el llanto/ y a la garganta, una gana espantosa de ahogar / lo que ahora siento (…)”. (Ello es que el lugar donde me pongo…)
Poeta del que —recuerdo en un viaje— visite la casa (de estilo colonial) que habitó en la municipalidad de Trujillo de su país natal.
César Vallejo y los aguaceros. “En esta noche tú te has crucificado / sobre los dos maderos curvados de mi beso”.
Dulzura por dulzura corazona…
Celeste Ramírez