La librería Ibáñez, un comercio tradicional en la ciudad de Toluca, se suma a los negocios afectados por las condiciones económicas.
El local anunció que pone en rebaja todo su stock de libros y otros artículos para preparar el cierre total de cortinas antes de que finalice este año.
La librería Ibáñez ha sido por 68 años, la librería de los toluqueños: distribuidora confiable de algún título difícil de conseguir o la surtidora de la lista de libros para la escuela.
En el cotidiano andar por las calles del centro y a unos pasos de los Portales se extrañarán las inconfundibles vitrinas de la librería en las que era necesario hacer un alto para enterarse de las novedades editoriales.
“Libros de texto, ‘Librería Ibáñez’, precios de México” muestra el gran aparador donde saltaban las recomendaciones, las ofertas y una y mil historias de la familia Ibáñez.
Con el lema de “No es la única pero sí la primera”, la librería cumplió su función comercial con gran calidad y cariño hacia los clientes.
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Tiempos pandémicos
En estos tiempos pandémicos hemos convertido a la ansiedad y la tristeza en estados anímicos normales de vida. Dramáticamente.
El aislamiento y una profunda soledad aséptica ya se afronta como una situación común bajo la cual se ha deteriorado todavía más la salud mental de la población.
Hay un constante sobresalto de que el virus entre a nuestra vida y se instale en las habitaciones de nuestra casa. Nos conduele y estresa el hecho de enterarnos del contagio de amigos y familiares; abundan los duelos no resueltos desde que inició el estado de emergencia sanitaria.
Estos tiempos de pandemia (y el confinamiento) además son un caldo de cultivo para la violencia —física y psicológica— doméstica, para la incertidumbre económica, para la insana melancolía; para el desgaste emocional por la monotonía casera o por los episodios atemorizantes.
Tiempos pandémicos de permanente agobio y contantes ataques de pánico, respiración entrecortada, estremecimiento y vértigo que inunda y sobresalta.
En estos días el diván del siquiatra se ha reducido a la aplicación zoom, al mensaje por WhatsApp o a la video llamada; la felicidad (y los estados anímicos sosegados) se presentan después de pasar por una farmacia y el miedo enfermizo se atempera con rutinas de limpieza y orden.
Trastornos como la depresión, ansiedad, bipolaridad, estrés postraumático, obsesivo-compulsivo son la nueva normalidad.