La reciente designación de algunos de los grupos criminales que operan en México como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) ha desatado, como es normal por lo que ha significado históricamente la palabra “terrorismo” y la larga historia estadunidense lidiando con ella, varias discusiones.
Entendiendo que con Trump en la Casa Blanca nada es previsible hoy en día, sí habría que aclarar algunas cosas.
Creo que la primera es que esta designación no da ninguna autorización legal, como no la había antes, al gobierno estadunidense de invadir un territorio extranjero. De hecho, Estados Unidos, que tanto gusta de hacer eso, no ha necesitado de esta designación para hacerlo.
Hay dos temas que han agitado a la opinión pública: el impacto en las instituciones financieras y las supuestas consecuencias para las empresas fabricantes y distribuidoras de armas.
Creo que para ambos temas es muy importante una palabra que permea las leyes pertinentes en Estados Unidos, tanto las que se aplican hasta hoy como las que se aplicarán ahora con la nueva designación. La palabra es knowingly. Es decir, con conocimiento previo, a sabiendas.
Los bancos e instituciones financieras se vuelven culpables cuando se puede probar que sabían que los recursos que manejen son producto, apoyo o propiedad de las organizaciones criminales. Probar eso de parte de las fiscalías no es sencillo.
Hay que agregar que desde el escándalo de 2012 en HSBC por lavado, la normatividad bancaria en México y en Estados Unidos se ha vuelto mucho mejor para ese tipo de controles. Y, al menos el gobierno del vecino, no lo hace mal: la Oficina de Control de Activos Extranjeros tiene 17 mil personas, empresas y organizaciones en su lista de sanciones y bloqueos activos; muchas, muchas de México.
Con las armas es aún más importante lo de la palabrita knowingly.
Parte del desastre de violencia y armas en EU (y, claro, en México) es la casi inexistencia y debilitamiento de las leyes que obligarían a vendedores a saber en manos de quién ponen un arma. Si no saben si se la vendieron a un asesino serial, tampoco saben si era un amigo del Mencho, no es como que carguen credenciales.
Dicho lo cual: Trump siendo Trump, podría invadir, intentar cerrar bancos, mandar a la CIA a asesinar narcos o no hacer nada. No es que necesitara el decreto. Ese tiene más que ver con la política y la narrativa.