El (viejo) Partido Demócrata está nervioso.
En dos días, uno antes del llamado supermartes en que 15 estados tendrán elecciones primarias para decidir el candidato demócrata que contenderá contra Donald Trump por la presidencia de Estados Unidos; dos candidatos que no lo habían hecho mal en los debates y en otras primarias se bajaron de la competencia.
The New York Times reportó ayer que ambas decisiones fueron consecuencia de un esfuerzo coordinado por demócratas temerosos de lo que Sanders propone. Pero el mismo reportaje dice que fueron incapaces de formar una mayoría que, frente a Sanders se agrupe alrededor de Joe Biden, después de haber casi descartado a Michael Bloomberg por su mal desempeño en el debate y pesar de los cientos de millones que sigue gastando, de su fortuna personal, en publicidad.
La mayoría de los demócratas tradicionales están paralizados frente a los triunfos tempraneros de Sanders, aunque paralizados porque, por un lado, no alcanzan a medir el tamaño real del movimiento que apoya a Sanders y tampoco creen que Joe Biden sea el candidato que pueda derrotar a Trump en noviembre.
Sanders ha intentado, en privado, acercarse a los demócratas más conservadores y tradicionales, pero los más recientes embates contra él lo han hecho regresar a su añeja distancia con el partido. Legisladores demócratas en lugares conservadores en busca de reelección han expresado su temor que, con Sanders a la cabeza durante la campaña de este año, sería casi imposible retener la curul y si eso se extiende, la mayoría en la Cámara baja.
Todo indica que hoy será mejor día para Biden que como le ha ido hasta ahora, pero también que es probable que Sanders siga teniendo una cómoda ventaja después del supermartes, lo cual seguramente acelerará las grillas en el partido para desacelerar a Sanders y llegar a la Convención en julio con, al menos un escenario de empate virtual que obligue a decidir el candidato de otra manera, con otros acuerdos.
Ya veremos en qué acaba, por lo pronto los demócratas están aprendiendo lo que Trump les enseñó a los republicanos hace cuatro años: esos viejos partidos ya no funcionan.
@puigcarlos