La frase que da título a este texto es una de las favoritas de Donald Trump en la campaña. Es su grito de guerra cuando quiere entusiasmar a sus seguidores en manifestaciones masivas, pero también cuando está en ambientes más exclusivos con el conservadurismo estadunidense.
Su recién nombrado acompañante en la campaña, el candidato a la vicepresidencia J.D. Vance, ha dicho lo mismo varias veces. Es cierto, es un lema de campaña. Pero también es una promesa. Una promesa en la que, de ser elegido, y eso parece estar más cerca cada día, actuará. Puede ser que haya matices, que haya impugnaciones legales, pero actuará.
Por muchos años, como lo incluía hasta hace poco la plataforma del Partido Republicano siempre, la promesa aún de los conservadores era, sí, cerrar la frontera, muros, etcétera, pero respecto a los millones de indocumentados que ya están en Estados Unidos la promesa era hacer una reforma legal para solucionar el problema y para algunos, al menos, no pocos, establecer un camino hacia la legalidad.
Eso, con el trumpismo, se ha terminado. La plataforma oficial del partido, aprobada y presumida en estos días de Convención Nacional, dice con todas sus letras en su programa migratorio:
“3. Comienza el programa de deportación más grande en la historia de EU.
El presidente Trump y los republicanos revertirán las destructivas políticas de fronteras abiertas de los demócratas que han permitido que las pandillas criminales y los extranjeros ilegales de todo el mundo deambulen por EU sin consecuencias. El Partido Republicano está comprometido a enviar a los extranjeros ilegales de regreso a casa y expulsar a aquellos que han violado nuestras leyes”.
Eso, por supuesto, además de volver al programa Remain in Mexico, más muro, fin de ciudades santuario y varias cosas más. El próximo gobierno aparenta estar tranquilo con la posible llegada de Trump a la Casa Blanca. Tal vez porque creen que ya lidiaron con él y medianamente la salvaron mandando miles de soldados a la frontera sur a costa de los migrantes. Pero este es Trump recargado.
Así como prometió un muro hace ocho años, ahora promete perseguir a millones e intentar regresarlos a México. La mayoría de los migrantes sin papeles son mexicanos.
No, no estará sencillo para nuestros paisanos. Ni para el próximo gobierno.