¿Cómo andarán las prisas para complacer al Presidente que dos secretarias de Estado, y no cualquiera, la de Gobernación y la de Seguridad Pública, han recorrido las cárceles del país para ofrecer beneficios a criminales con tal de que antes del primero de octubre el Presidente pueda cumplir una promesa?
No sé si acabamos de dimensionar lo que el Presidente dijo ayer.
¿En eso tendrían que estar hoy Luisa María Alcalde y Rosa Icela Rodríguez, la actual y la próxima secretaria de Gobernación? ¿No hay otros pendientes para esa responsabilidad hoy y a partir del martes?
Entre otras cosas, porque lo único que, legalmente, ellas pueden ofrecer es amnistía, cualquier otro beneficio tendría que ser ofrecido por la Fiscalía General de la República, que —no se rían— es supuestamente independiente. Y por cierto, no se dijo ayer en la carta o el informe del caso que las hayan acompañado ministerios públicos.
Aunque, claro, esa fiscalía ya ha ofrecido los beneficios que puede ofrecer a alguno de los visitados y éstos no los han aceptado o los han condicionado de manera en que no sabemos o no han contado lo que este gobierno quiere que cuenten.
Así el pantano en el que está el caso hoy, que se cumplen 10 años de la tragedia. Hay, como suele suceder con este caso, con este gobierno, más.
La versión sobre el basurero de Cocula que este gobierno desprecia se encuentra en cinco declaraciones de procesados, que fueron detenidos en las semanas posteriores a la noche de Iguala y quienes de alguna manera han referido haber participado de forma directa en los hechos: Agustín García Reyes, Cheje o Chereje; Jonathan Osorio Cortez, Jonás; Patricio Reyes Landa, Pato; Felipe Rodríguez Salgado, Cepillo o Terco; Miguel Ángel Landa Bahena, Duvalín o Chequel.
Los cinco han sido liberados por alegatos de tortura y algunos reaprendidos. A varios de éstos han visitado Alcalde y Rodríguez. ¿Para que digan qué? Porque en la lógica del gobierno una de las cosas más importantes que dijeron, el basurero, es mentira.
Aunque luego está la parte del informe dado a conocer ayer sobre la liberación por tortura que el gobierno critica en varias páginas. Algo así como: sí los torturaron, pero poquito; maldito juez, por qué los liberaste.
En fin, el destino de los muchachos cada vez está más lejos de conocerse, mientras el gobierno patalea y se hunde en el pantano.