En el sexenio de Felipe Calderón, su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, lo convenció de que la mejor manera de controlar la seguridad en el país y terminar con la violencia y el narco era la creación de una gran, enorme policía nacional que —cómo no— dependería de su secretaría.
Por una parte, él comenzó con mucho presupuesto a construir su Policía Federal y arrancó con un buen número de soldados que le fueron adscritos e hizo un esfuerzo de reclutamiento que puso a la PF en cerca de 40 mil elementos. En 2017, casi al final del sexenio de Enrique Peña Nieto, tenía 37 mil y se intentó mediante la ley de seguridad interior que se acompañaran de militares.
Pero en otro momento de aquel sexenio comenzó a promover una iniciativa para que su sueño se convirtiera en ley para sustituir policías locales por su fuerza nacional. Presidentes municipales de oposición —recuerdo ahora a Eruviel Ávila de Ecatepec y Aristóteles Sandoval de Guadalajara— fueron algunos de los mayores opositores a ese proyecto que fracasó.
Hasta que llegó AMLO.
Ayer el Inegi reportó que “al cierre de 2020, la Guardia Nacional contó con 96 mil 358 personas adscritas y asignadas, 83.2 por ciento (80 mil 205) eran hombres y 16.8 (16 mil 153) mujeres. Según la institución o corporación de origen, 62.1 por ciento estuvo adscrito a la Secretaría de la Defensa Nacional, 23.8 a la Policía Federal y 14.1 a la Secretaría de Marina”.
En tres años, el doble de elementos que tenía la PF. A esto hay que sumar lo que dio a conocer Animal Político hace unos días, que más de 80 mil elementos adscritos de la Sedena están movilizados para asuntos de seguridad pública.
El Presidente ya anunció que enviará una iniciativa de reforma constitucional para que la Guardia pase a depender de la Secretaría de la Defensa Nacional. La nueva “adscripción” será mucho más sencilla. Hoy en una sala de la Suprema Corte de Justicia se discutirá —es un decir— la primera controversia sobre militares haciendo de policías.
En los hechos hoy se está construyendo una policía nacional conformada mayormente por militares, bajo el mando de un militar que el Presidente quiere que además la Constitución no estorbe.
Eso ya pasó. Y, por cierto, no parece estar sirviendo de mucho para solucionar el problema.
Carlos Puig
@puigcarlos