Si alguien pensaba que esta carrera por la candidatura presidencial no iba a provocar cosas raras, broncas, irregularidades y otros fenómenos inéditos en la política mexicana, ya llegó Marcelo Ebrard para desmentirlos.
Cuando se cambian las reglas, pues los jugadores se adaptan, bien podrían decir el canciller y su equipo. Y cuando las reglas dicen que serán un par de encuestas las que definan tu futuro, pues con más razón.
Porque Marcelo Ebrard tiene un problema. Su principal adversaria en la carrera por la candidatura es Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de Ciudad de México. Eso quiere decir que Claudia puede andar en las calles, rodeada de gente, todos los días. Puede hacer de cualquiera de sus actividades un mitin donde le canten lo de “¡Presidenta, presidenta!”.
Más importante, Claudia hace obra, política pública, abre Pilares, inaugura rutas de transporte, pone wifi, aumenta programas sociales, hace conferencias de prensa todos los días y todo eso lo puede presumir usando legalmente el presupuesto de comunicación social de la ciudad. Nada mal. Si organizas una clase de boxeo tienes los drones y el equipo para hacer un video espectacular. Puedes invitar al Zócalo a Silvio Rodríguez o a los Ángeles Azules y es un acto de gobierno. Eso sí, presúmelo suficiente en redes. Todo eso pesa en las encuestas.
Si tu chamba es la de ser canciller no está sencillo ser popular en las encuestas… Tus saludos con mandatarios extranjeros o tus visitas a embajadas y consulados o tus estrategias para lidiar con EU o tus acuerdos sobre el cambio climático o la migración —seamos honestos— no son muy populares entre los votantes.
Ese es el problema con las encuestas como método en un proceso tan anticipado. Que para salir bien en una encuesta, y más en estos tiempos, hay que volverse un personaje de TikTok.
Entonces cambia tu foto de perfil para que incluya a tu pareja y todos sepamos que eres amoroso, alguna foto con perrito por favor, OK. Y lo nuevo, da un número de WhatsApp para que te marquen, ¿por qué no? Y eso sí, luego cuéntanos cómo te la pasas contestando más que en esos momentos, ni modo, que tienes que chambear en eso de las relaciones exteriores y tienes una reunión, ¿de qué era la reunión? Así estos tiempos. Si el método son las encuestas, los tiempos son de redes sociales, hay que convertirse en el huevo de Instagram. Esa historia se la cuento mañana.
@puigcarlos
