Hace algunos años, un político alemán me decía que en su país cualquier liderazgo “carismático” era visto con suspicacia y temor. Tienen buenas razones históricas para dudar de las agendas “disruptivas” que apelan al pueblo.
En esa tradición teutona de moderación y cautela, el legado de Ángela Merkel se debate entre su capacidad para construir consensos y avances gradualesvis a vis la agenda pendiente que deja en materia de reformas más profundas. Tras 16 años en el poder, el estilo de Merkel, conciliador y científico, la coloca con un índice de aprobación que ronda el 70%. De los más elevados del mundo.
La mutter (madre), poco se menciona, es doctora en física, lo que en parte explica su estilo mesurado y frio de hacer política. Una científica sumamente reflexiva ante sus posturas y decisiones, sin la sensación de infalibilidad que produce la ignorancia, ni la necesidad del avasallamiento que genera la prepotencia.
En un mundo de crecientes populismos y nacionalismos mesiánicos, que es pretexto del cambio, arrasan hasta con lo poco que funciona, no debemos subestimar el poder del gradualismo. Merkel dejará una Alemania estable y unida, sin estridencias. No es un logro menor.
Sin embargo, en un balance también frio, los retos de la Alemania post Merkel son grandes, (The Economist, 9/23):
Cambio Climático: Alemania es el país que más emisiones de carbón genera en toda Europa. Es la locomotora europea sí, una muy humeante.
Infraestructura: su estabilidad fiscal, derivada de un absurdo mandato constitucional que prohíbe el déficit, ha producido rezago en la inversión pública: puentes, carreteras, escuelas y universidades pierden competitividad.
Innovación: el gobierno alemán es de los menos digitalizados de Europa, en tanto que sus míticas empresas automotrices están en una zona de confort. Tesla y las compañías japonesas, por ejemplo, ya ven a VW y Audi por el espejo retrovisor.
Los Socialdemócratas se alistana encabezar un nuevo gobierno, con Olaf Scholz a la cabeza. Scholz, mesurado también, deberá ser capaz de impulsar una agenda más reformista, pero sin grandes sobresaltos ni disrupciones. Primero la estabilidad, al estilo alemán.
Iván Moreno
carlosivanmoreno.wordpress.com