Los caminos del señor son misterios y en la mente de nadie, excepto en la de los conspiranoicos, podía albergarse la idea de que el temor infundado a vivir en carne propia aquella serie de los 80 llamada Invasión extraterrestre, podía ser algo más propio de la cotidianidad que del realismo trágico y la ficción hollywoodense.
Ahora resulta que los Expedientes Secretos X, Roswell, Men in Black, E.T. y otras fuentes de suspicacia audiovisual tenían la puntería más afinada que esos que profesionalmente se dedican a mirar hacia arriba y que decían que estábamos solitos y nuestra alma en este Universo matraca.
Si viviera Pedro Ferriz Santacruz sin duda esbozaría una sonrisa socarrona al afirmar con esa voz lijosa que le caracterizaba que no era cierto que un mundo nos vigilaba, en realidad eran muchos mundos los que ya nos habrían echado el guante.
Hace unos 15 años en Radio Mexiquense había un programa llamado Efecto cafeína, en cuyo esquema de revista se abordaban múltiples temas, entre ellos asuntos astronómicos. Y se contaba cada cierto tiempo con la presencia de un especialista en la materia.
Con el invitado en alguna ocasión se tocó el tema del fenómeno extraterrestre y la respuesta fue contundente. Siempre hay alguien mirando al cielo, si hubiera vida fuera de este planeta ya se habría sabido.
Cómo era de esperarse no sólo no había falla en esa lógica, sino además resultaba mucho más fácil pensar que no existían porque no había indicio alguno que hiciera pensar que seres ojones y de cabeza triangular, chaparritos y con dedos de pianista pudieran merodear la tercera roca desde el Sol.
Quién iba a decir que atestiguaríamos el día en que saliera a la luz, de golpe y porrazo y en voz de personajes públicos en un entorno institucional gringo, la certeza de que los marcianos habrían llegado ya.
Por razones propias de la industria del espectáculo, del chisme y la falsa sociedad el fenómeno OVNI tiene tan mala reputación. Inmerecida según lo vamos sabiendo, porque a medida que se conozca más del asunto la revolución ufológica hará justicia.
A menos, claro, que la mentada idea de la presencia de extraterrestres por parte de las agencias informativas del mundo sea una cortina de humo para desechar coartadas que han dejado de ser útiles, en aras de mantener a la raza entretenida.
